Todo indicaba ser una gran fiesta caribeña, pero Carlos Vives cambió el rumbo inicial de la travesía musical que presentó anoche en el Coliseo de Puerto Rico, marcando los puntos fronterizos del mapa, más allá de América.

El cantante dedicó la primera canción del concierto, Quiero verte sonreír, a Barcelona, ciudad española que el jueves sufrió un ataque terrortista.

En la pantalla de fondo del escenario apareció una foto en blanco y negro, rodeada de las banderas de Puerto Rico y Barcelona, que mostraba a Vives en bicicleta y con una frase que decía, “Barcelona: Puerto Rico está contigo”, lo que conectó de inmediato al público. Dándole un toque más especial aún, en ella participó Edwin Colón Zayas con su cuatro.

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Ese momento solidario dio paso al éxito más reciente del artista, La bicicleta, que a fin de cuentas se trató de una probadita, ya que solo fue un intro.

Respaldado por una dinámica escenografía gracias a numerosas pantallas LED, el intérprete continuó con dos clásicos de principio de su carrera, Pa’ Mayté y Déjame entrar.

Vives le dio paso al vallenato con La Caguañetera e Hijo del vallenato, género del que se convirtió embajador mundial, pues fue el primer cantante colombiano en tener éxito internacional con dicho ritmo autóctono.

“Voy hacer cuenta de cuándo fue la última vez que vine aquí a cantar vallenato, porque la primera vez que vine fue por el Gallito. Deben ser como unos 23 años”, afirmó.

El ritmo de La Cartera y Ella es mi fiesta, se desaceleró con una especie de invocación a los taínos.

Como parte de las varias referencias que hizo de Mayagüez, el artista mencionó cómo conoció más de los taínos en dicha ciudad  y las similitudes que tenían con los indígenas de su ciudad, Santa Marta.

Esos acordes del instrumento de aire que hoy usa la cumbia, pero que viene de dichos ancestros, se fue transformando en los de Fruta fresca, otro de los éxitos más grandes del artista, Luego de interpretar El mar de sus ojos, el artista saludó oficialmente a la audiencia.

“¿Ya estamos listos? No les he dicho buenas noches. Estoy tan feliz de cantarles, que se me olvidó. Veo aquí a amigos de San Juan y de otras partes también. Yo canté en tantas fiestas patronales, fui a tantos lugares de la Isla. ¿Están listos para bailar?”, dijo antes de cantar, Bailar contigo.

Para interpretar otro de sus grandes éxitos, La tierra del olvido, Vives volvió a invitar al escenario a Edwin Colón Zayas, a quien dijo que conoció cuando se presentó por primera vez en el Centro de Bellas Artes.

“Oir música de Edwin Colón Zayas, me alegra la vida. La música de Puerto Rico alegra la vida, en cualquier lugar que esté. Y ese dicho es de aquí y muestra el gran corazón  que tiene esta tierra. Ahí me acompaña una bandera colombiana. Siempre  me acompaña a cualquier parte del mundo, y también la puertorriqueña y la venezolana, que también  es mi bandera. La historia no ha sido grata con nosotros, pero somos los mismos y nos reconocemos con las estrellitas o sin las estrellitas, porque somos la misma gente”, dijo el intérprete, que fue respondido con vítores.

Vives constantemente hizo referencias de la cultura, lugares y figuras puertorriqueñas. Incluso, dijo estar viendo espíritus y haber visto el de Don Cholito.

“Y eso que no soy de Guayama”, dijo con humor. El cantante adquirió nuestra cultura cuando vivió varios en Mayagüez, con su exesposa, Herlinda Gómez, quien es la madre de sus hijos, Carlos Enrique y Lucía.

“Tenía la esperanza de que me robaran un beso aquí, pero está bien, me voy. A ver si vengo viejito y me lo dan, pero parece que esas vainas solo le pasan ahora a Sebastián, Maluma, J. balvin”, dijo antes de interpretar su tema más reciente, Robarte un beso.

En Volví a nacer, el concierto se encontraba en grandes niveles de energía, sin embargo tras una falsa salida, el artista regresó decidido a dar el resto y comenzó a interpretar, Al filo de tu amor, seguido minutos después por la aparición de Wisin. El Coliseo completo se paró a bailar.

La dupleta repitió con Nota de amor, tema que mezcla el vallenato, la salsa y el género urbano. Tras despedirse Wisin y salir del escenario, Vives jocosamente dijo, “ya se fue pa’ Cayey”.

Esa adrenalina abrió paso a su clásico, Carito, al que aderezó con plena. La última cancion que interpretó fue la esperada, La Bicicleta, que hizo retumbar al Coliseo, al cantarla al unísono y terminar al ritmo de una locomotora musical.