Nueva York.- La familia de Eric Garner, el neoyorquino que murió el pasado julio bajo custodia policial en Staten Island, pidió hoy justicia tras confirmarse que el fallecimiento se produjo como consecuencia de la llave de estrangulamiento usada por un agente para detenerle.

"Ahora sólo quiero que hagan lo correcto y tener justicia por mi marido", dijo la viuda, Esaw Garner, en un acto junto al reverendo Al Sharpton, uno de los principales líderes de la comunidad afroamericana de la ciudad.

Las palabras de Garner fueron la primera reacción por parte de la familia desde que el viernes se dio a conocer el veredicto del médico forense, que consideró la muerte un homicidio.

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"Ha sido muy duro, he estado intentando ser fuerte, pero es muy difícil", dijo la viuda, que vistió una camiseta con el lema "This Stops Today" ("Esto se acaba hoy"), supuestamente las últimas palabras que su marido dijo a los policías que acudieron a arrestarle por vender cigarrillos de forma ilegal y que, a su juicio, le acosaban.

En el acto de hoy, Sharpton, que se ha mostrado muy crítico con las estrategias utilizadas por la policía, pidió que se arreste al agente que supuestamente causó la muerte de Garner al tratar de reducirle, Daniel Pantaleo.

El policía, al que se han asignado tareas de oficina tras el suceso, fue grabado en vídeo cuando procedía a la detención en la que falleció el hombre de 43 años.

En la grabación se oye a Garner, asmático y con problemas cardiovasculares y de obesidad, repetir "no puedo respirar".

Según la autopsia, el hombre murió por "compresión en el cuello (la llave de estrangulamiento) y compresión en el pecho" durante el intento de la policía por controlarlo durante el arresto, en el que además le colocaron boca abajo sobre la acera.

La muerte de Garner, que ha sido repudiada por activistas, organizaciones de derechos civiles y familiares de víctimas de brutalidad policíaca es la primera polémica de envergadura que enfrenta el alcalde Bill de Blasio desde que juró al cargo el pasado 1 de enero.

Desde el pasado 17 de julio, cuando murió el residente de Staten Island, De Blasio ha escuchado reclamos de que cumpla su promesa de reformar el Departamento de Policía, que al momento del demócrata asumir el poder, estaba en la mirilla pública por su práctica de parar y cachear neoyorquinos, en su mayoría negros y latinos, entre otras denuncias de brutalidad policial.

De Blasio, exconcejal y exdefensor del pueblo, ganó las elecciones con la promesa de acabar con la desigualdad económica en la ciudad y poner fin a esas prácticas de la policía, conocidas como "stop and frisk", entre los principales puntos en su agenda de gobierno.

Ante las críticas y reclamos, el alcalde ha reiterado su promesa de restablecer las relaciones entre la comunidad y la policía y con miras a eso el jueves se reunió con el reverendo Sharpton, un activista de derechos civiles, y otros líderes religiosos afroamericanos, así como con el jefe de la policía, Bill Bratton, cuya renuncia han pedido activistas.