Chicago.- Una joven de 20 años, que aguarda sentencia por la muerte de una niña latina mientras manejaba bajos los efectos de las drogas, habló hoy en una iglesia de Chicago sobre su adicción y solicitó ayuda a los presentes en un pedido de clemencia al juez.

Carly Rousso reconoció ante el grupo "Fuerza Juventud" que comenzó a usar drogas a los 12 años y que fumó marihuana desde los 14 para aliviar los dolores que sufría por heridas recibidas durante el ataque de un perro.

"Recibí más de 400 puntadas en la cara y la cabeza y en la escuela me decían Frankenstein y Cara Cortada", declaró.

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Rousso, cuya madre mexicana la entregó para adopción, justificó el abuso de drogas en el "sufrimiento emocional" que le provocó el acoso en la escuela, donde todos se burlaban de ella "por ser diferente".

"Me sentía sola, creí que nadie me quería, que yo era un error, una equivocación, y el 3 de septiembre de 2012 tomé la terrible decisión de manejar bajo la influencia (de drogas)", expresó.

Rousso podría ser condenada el próximo mes a 14 años de prisión por DUI (manejo bajo el efecto de drogas) agravado y homicidio imprudente por un juez del condado de Lake.

Aquel día, la joven conducía un auto que subió la acera y atropelló en el suburbio de Highland Park a la niña Jaclyn Santos Sacramento, de 5 años, a su madre y a sus dos hermanos.

La niña murió y la policía comprobó que Rousso había inhalado gases (huffing) usados en la limpieza de equipos electrónicos poco antes del accidente.

El juicio fue polémico porque las leyes de Illinois no contemplan la inhalación de solventes o este tipo de gases dentro de la categoría de manejo bajo la influencia, pero el juez James Booras desechó los reclamos de la defensa y le impuso el delito más grave.

La presentación de Rousso ante los jóvenes fue organizada por activistas del área metropolitana de Chicago que buscan sensibilizar al juez para que no le aplique una pena tan severa.

Julie Contreras, representante de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) el condado Lake, dijo que el arrepentimiento sobre el abuso de drogas puede servir para prevenir adicciones entre los jóvenes y "salvar una o más vidas".

Surani Domínguez, una de las participantes, declaró que "todos merecemos una segunda oportunidad", y en el caso de Rousso "está libre de drogas y trata de ayudar a los adolescentes para que no cometan el mismo error".

Al final del encuentro se recogieron firmas en un pedido de clemencia para Rousso, quien será sentenciada el 17 de septiembre.