Humacao. La Policía ocupó una soga verde que José Meléndez García supuestamente usó para amarrarle las manos a la mujer que se alega agredió sexualmente en junio pasado, pero no recuperó la camiseta que usó para taparle la boca.

Así lo declaró hoy, jueves, la mujer identificada por la Policía como víctima de un brutal ataque sexual en Naguabo, durante su segundo día de testimonio ante el juez Fernando Abreu Arias, del Tribunal de Humacao.

"Fuimos a buscarla (la camiseta), pero no estaba", afirmó la mujer de 28 años, a preguntas del licenciado Juan Troche Villeneuve, de la Sociedad para la Asistencia Legal.

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"Usted dijo que la amarraron y que tenía la camisa en la boca, ¿usted se desamarró sola?", preguntó el abogado.

"En el desesperamiento me desamarré (las manos)... Yo me desamarré la boca", respondió la fémina durante la vista preliminar contra Meléndez García.

La testigo había declarado previamente que mientras se encontraba en un área boscosa del sector El Corcho, en Naguabo, logró soltarse la soga de las manos luego de que el hombre la agredió sexualmente y trató de penetrarla analmente con el cuchillo que antes utilizó para amenazarla.

Durante su turno de preguntas, Troche Villeneuve también trató de minar la credibilidad de la testigo resaltando que mintió a las autoridades sobre la forma en que abordó el vehículo de su supuesto agresor, un joven de 24 años.

Inicialmente la mujer indicó que el hombre, a punta de cuchillo, la obligó a abordar su Toyota Tercel azul la madrugada del 30 de junio pasado, cuando salió de su casa en el residencial público doctor Pedro Palou para comprar leche para sus dos hijos en el colmado de una gasolinera cercana.

Sin embargo, posteriormente reconoció que se montó voluntariamente en el carro, que tenía alfombras y otros adornos del personaje Hello Kitty, para ir a comprarle "perico" al imputado en el punto de drogas del residencial.

"¿No cambió de versión porque la confrontaron con el vídeo de la gasolinera?", indagó el abogado.

"No", contestó la menuda mujer.

La testigo insistió en que al inicio ocultó la forma en que entró en contacto con el acusado porque su mamá no sabía que se prostituía para costearse su adicción a pastillas Percocet. Sin embargo, el 10 de julio, un día después de que la dieron de alta del Centro Médico, aclaró la situación a la agente Wanda Ortiz.

También aseguró que no se inventó lo ocurrido para justificar su prolongada ausencia de la casa y que ofreció su declaración jurada tras realizar un recorrido por los lugares donde ocurrieron los alegados hechos junto al fiscal Luis Navas de León y varias mujeres policía.

En un intento por impugnar la identificación en sala del imputado, el abogado llevó a la testigo a admitir que no ofreció una descripción detallada de su agresor, pese a que vio desnudo al individuo. En este caso no se realizó una rueda de confrontación.

La mujer describió a su agresor con un hombre trigueñito, barrigón, con el pelo "pegadito" y un moño. También dijo que vio fotografías del hombre en la televisión y en el periódico Primera Hora.

Con sus preguntas, el abogado también trató de insistir en que la mujer abordó el vehículo de su alegado agresor voluntariamente y que accedió al contacto sexual. 

En su turno de redirecto, el fiscal Navas de León sólo preguntó la razón por la cuál la mujer no ofreció una versión detallada de los hechos al llegar al Hospital Ryder en Humacao. 

"Estaba sin fuerza, toda golpeada. Casi no podía hablar por las heridas", afirmó.

Entonces, a una pregunta del abogado defensor sobre si falta de energía se debía a que tenía síntomas de retirada por la falta de drogas en su cuerpo, la testigo respondió "no".

Durante su testimonio, la mujer explicó que después de comprarle dos bolsitas de cocaína al imputado lo acompañó a un lugar cercano al residencial público a inhalar la droga. En ese lugar, el hombre le ofreció $30 por sus servicios sexuales. Entonces, luego de comprar un profiláctico en la gasolinera, partieron al sector El Faro en Humacao para consumar el acuerdo.

En el área de El Faro, el hombre expresó reparos al lugar y pidió ir a otro sitio, pero en ese instante la mujer recibió un mensaje de texto de su madre preguntando dónde estaba, declaró.

Ante esta situación, contó que rechazó ir a otro lugar y que pidió al hombre que la llevara a su casa porque tenía que estar de regreso a las 6:30 a.m.

A pesar de su petición, el hombre guió en dirección a Naguabo. En el camino, tomó un cuchillo que tenía en el asiento trasero y se lo colocó en el cuello, según la testigo.

La mujer declaró que llegaron a El Corcho, donde el hombre la penetró vaginal y analmente mientras la amenazaba con el cuchillo. Posteriormente, la obligó a caminar hasta llegar a una playita. Allí ella trató de huir, pero se cayó. Según la alegada víctima, el hombre la agarró por el pelo y la golpeó con puños y con patadas. Luego la hizo caminar sin ropa por un área boscosa, mientras, en el trayecto, seguía agrediéndola sexualmente. 

Según su testimonio, en un momento el hombre la amordazó y le amarró las manos. También dijo que la penetró con un pedazo de palo y con la punta del cuchillo. Finalmente, señaló que el acusado la dejó tirada semidesnuda en un vertedero clandestino.

Meléndez García enfrenta cuatro cargos de agresión sexual, un cargo de tentativa de asesinato, un cargo de secuestro y una violación a la Ley de Armas por el uso de un cuchillo.

La vista continúa el 14 de septiembre a las 11:00 a.m.