Un adolescente de 16 años identificado por el superintendente de la Policía como uno de los investigados por el asesinato del agente Miguel Pérez Ríos, se entregó hace semana y media a personal de la División de Ayuda Juvenil del Cuerpo de Investigación Criminal de San Juan.

El dato sobre la entrega fue confirmado ayer por la comandante Jazmín Pérez, directora del Cuerpo de Investigación Criminal de San Juan. La información no había sido divulgada oficialmente por la Uniformada.

Al ser abordado recientemente sobre el avance de la pesquisa en torno a la muerte de Pérez Ríos, el superintendente José Caldero López no había realizado expresiones.

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El 8 de septiembre, un día después del asesinato de Pérez Ríos en los predios de una gasolinera del Camino Alejandrino, en San Juan, Caldero precisó que una de las “personas de interés” en el crimen de Pérez Ríos era el adolescente. El día del asesinato del policía se arrestó en el residencial Alejandrino, muy cerca de la escena, a Marlon Laguna Santos, conocido como Malito. Caldero también se ha referido a este hombre, con amplio récord delictivo, como “persona de interés” en el crimen.

Sin embargo, hasta el momento, nadie ha sido acusado por el asesinato del agente. Mientras, este medio supo que se continúa verificando información del agente, incluyendo en su teléfono celular, para tratar de corroborar si tenía vínculos con el bajo mundo. 

Caldero ha dicho públicamente que Pérez Ríos no era investigado por irregularidad alguna y defendió su ascenso póstumo al rango de sargento.

Este medio supo a través de diversas fuentes policiacas que el menor que se entregó a las autoridades, vecino de la urbanización Summit Hills, fue acusado en ausencia el 23 de septiembre por atentar contra la vida de varios agentes de la División de Arrestos Especiales y Extradiciones de la Policía, quienes intentaron aprehenderlo junto a su hermano de 15 años, ya que ambos tenían varias órdenes de detención pendientes. 

La intervención se produjo en la noche del 16 de septiembre cuando personal del Departamento de Corrección localizó la guagua robada en que viajaban los hermanos y notificaron a la citada división especializada de la Policía. 

Cuando los Policías le dieron el alta a los menores, estos supuestamente respondieron disparando y se volcaron a bordo de la guagua.

El adolescente implicado al caso del policía asesinado logró escapar, supuestamente cargando un arma de fuego. Su hermano de 15 años fue arrestado y acusado, según fuentes.

A bordo de la guagua robada, una Nissan Rouge, se ocuparon dos armas de fuego, una Glock calibre 9 milímetros y una Glock calibre 45; cargadores de balas y máscaras. Estas armas fueron enviadas al Instituto de Ciencias Forenses para corroborar su fueron usadas en una serie de crímenes como un asesinato ocurrido detrás del centro comercial Santa María (20 de agosto), otro del 26 de agosto, frente a una funeraria en la urbanización Santiago Iglesias; y por la masacre de La Rosaleda (24 de agosto).

 Estos tres crímenes son relacionados, según la Policía y, de hecho, los jóvenes frecuentaban La Rosaleda ya que allí vive un tío.

También se intentará corroborar si las armas fueron utilizadas en el asesinato de Pérez Ríos.

Los jóvenes no se identifican por nombre y apellido ya que son menores de edad.

Este medio había reportado que en relación a la muerte de Pérez Ríos, se ocupó un auto Toyota Corolla en las inmediaciones del residencial Manuel A. Pérez ya que su descripción coincide con la de un auto visto salir de la gasolinera donde ocurrió la muerte.