La jueza Jessica Morales, de la Sala de Investigaciones del Centro Judicial de Bayamón, determinó este martes causa probable para arresto por asesinato contra Luis Gustavo Rivera Seijo, conocido como "El Manco", por la muerte del niño Lorenzo González Cacho. 

Este inicio del proceso judicial ocurre tras años de investigación y en el marco del sexto del aniversario de la muerte del pequeño de ocho años.

La madre del niño, Ana Cacho, supo la determinación de inmediato, pues desde tempranas horas del día estuvo en el Centro Judicial para estar al tanto de la presentación de cargos contra Rivera Seijo. Esta lo ha señalado siempre como responsable del crimen, aun cuando las autoridades judiciales la llegaron a calificar de sospechosa.

Relacionadas

Este martes Cacho no figuró como testigo. Los fiscales del Departamento de Justicia, Mario Rivera Géigel, Mari Carmen Rodríguez y Aracelis Pérez, sentaron en el banquillo a una técnica forense, dos agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y un hombre que le dio pon a Rivera Seijo desde cárcel de Arecibo hasta Dorado la noche del 8 de marzo de 2010.

Esta acusación se da luego de que ayer, lunes, Justicia confirmara que la investigación apuntó a que supuestamente fue Rivera Seijo quien asesinó al niño. 

“El Departamento de Justicia ha concluido la investigación referente a los hechos en los que se le dio muerte al niño Lorenzo González Cacho. Luego de transcurridos seis años de este lamentable evento –y discutido públicamente diversas teorías sobre lo acontecido al momento de su fallecimiento–, hemos llegado a la conclusión de la investigación y habremos de radicar una acusación por el delito de asesinato en primer grado contra el señor Luis Gustavo Rivera Seijo”, apuntó la agencia en un breve parte de prensa.

El cargo de asesinato contempla una pena de 99 años de cárcel.

Fue el viernes pasado que los fiscales a cargo de la investigación se reunieron con la madre del menor, su padre Ahmed Alí González, la hermana mayor del niño y la trabajadora social Viviana Olmo. En reuniones separadas, por petición de González, el fiscal general José Capó y los mencionados fiscales de Justicia informaron a la familia su intención de acusar a Rivera Seijo, un día antes del sexto aniversario de la muerte de Lorenzo.

Lorenzo murió el 9 de marzo de 2010 luego de ser agredido en la residencia que compartía con su mamá y sus dos hermanas (quienes tenían 13 y 5 años en ese momento) en la urbanización Dorado del Mar, en Dorado.

La autopsia realizada al niño por el patólogo Carlos Chávez reveló que Lorenzo tenía tres heridas en la cara (la sien, en la ceja y en el tabique de la nariz), realizadas con un objeto filoso, que podía ser un cuchillo.

Chávez también concluyó que el menor recibió un golpe fuerte con un objeto contundente que le provocó un trauma craneal en el lóbulo temporal izquierdo de su cabeza compatible con un homicidio y no con una caída de la cama.

Al llegar al Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Dorado la mañana del 9 de marzo, Cacho indicó a los médicos que el niño se pudo haber golpeado la cabeza al caer de la cama, que compartía esa noche con su hermana menor.

Inicialmente, el Departamento de Justicia, bajo la tutela del exsecretario Guillermo Somoza, identificó a Cacho como sospechosa de la muerte de su único hijo varón, mientras descartó el Manco como autor del crimen que estremeció al País. Cacho siempre reclamó su inocencia. 

Al inicio de la pesquisa, Justicia también identificó como sospechosos de la muerte a Jesús Genaro Camacho, al agente federal William Marrero y a Arnaldo Colón como sospechosos del crimen, todos amigos de Cacho.

Pero el año pasado y bajo la jefatura de César Miranda, la agencia dejó de identificar a Cacho y a estas tres personas como sospechosas para llamarlas personas relevantes en la investigación.

Bajo la custodia del estado

Rivera Seijo se encuentra bajo la supervisión médica del Estado desde el 1 de noviembre de 2010 cuando el juez Enrique Arias Maldonado, del Tribunal de San Juan, lo declaró no culpable "por razón de insanidad mental" por la muerte del deambulante Oscar Pacheco García.

Desde ese momento, el hombre ha estado recluido entre los hospitales de Psiquiatría Forense de Ponce y Río Piedras. Además, ha sido sometido a evaluaciones psiquiátricas periódicas, que se discuten en las vistas de seguimiento celebradas en centro judicial sanjuanero.

Los informes psiquiátricos de octubre y junio de 2015 preparados por los médicos que atienden a Rivera Seijo en el Hospital de Psiquiatría Forense en Río Piedras, consignaban que "al momento el Sr. Rivera Seijo se mantiene en remisión de síntomas siquiátricos".

Estos informes, contenidos en el expediente judicial del caso, señalan que el hombre "tiene un diagnóstico de Trastorno Esquizo-afectivo tipo Bipolar".

Sin embargo, en la última vista de seguimiento celebrada el mes pasado, el psiquiatra William Lugo Sánchez explicó que la condición de Rivera Seijo se había deteriorado desde la última evaluación de noviembre.

En esa última audiencia, celebrada en el Tribunal de San Juan, estuvieron presentes los abogados Mario Moczó González y Jesús Hernández Rivera, de la Sociedad para la Asistencia Legal de Bayamón, quienes representarán al hombre en el proceso judicial que iniciará en el Tribunal de Bayamón.

Pacheco García falleció el 1 de marzo de 2010 luego de que Rivera Seijo lo agredió con una botella causándole heridas mutilantes en el rostro y el cuello en hecho ocurridos casi un mes antes, el 6 de febrero de 2010, según la acusación presentada en ese caso.

Inicialmente Rivera Seijo enfrentaba un cargo de tentativa de asesinato por la agresión a Pacheco García, pero al morir el hombre sin hogar, el Ministerio Público retiró esa denuncia para imputarle un cargo de asesinato y una violación a la Ley de Armas.

En medio de este trámite, el Manco quedó en libertad -por error- el 8 de marzo, a solo horas de que el juez José D'Anglada Raffucci encontrara causa para su arresto por la muerte de Pacheco García, según el expediente judicial del caso.

Rivera Seijo supuestamente confesó el asesinato de Lorenzo, pero luego se retractó de dicha admisión. Documentos sobre su excarcelación aparecieron el mismo 9 de marzo en el patio de la residencia en la urbanización Dorado del Mar donde residía Cacho con sus tres hijos.

Las autoridades federales investigaron el posible vínculo de Rivera Seijo con el asesinato de Lorenzo. En enero del 2014, junto a agentes estatales recrearon la escena del crimen. El Manco participó del ejercicio realizado ese domingo 26 de enero en la casa de Dorado.

Sin embargo, las autoridades estatales habían descartado este escenario hasta que cambió el equipo de fiscales a cargo de la pesquisa.