Aguadilla. Una escena inusual se vivió la noche del martes fuera del  Tribunal de Aguadilla, donde decenas de ciudadanos aplaudieron  a rabiar  cuando se enteraron de que el juez José Morales encontró causa para arresto contra la madre y el padrastro  del niño que fue encontrado moribundo en una playa en Rincón.

Javier Álvarez Luciano, de 37 años, padrastro y presunto responsable de haber golpeado casi hasta la muerte  al menor es imputado de tentativa de asesinato y dos cargos por maltrato y  Janeli Lecona López, de 30 años y de nacionalidad mexicana, enfrenta dos cargos por maltrato y uno por encubrimiento.

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El juez les  fijó $15 millones de fianza  a cada uno, la cual no pudieron pagar.

Ambos duermen desde esta noche en prisión.  Él en la cárcel Guerrero de Aguadilla y ella en la de mujeres  de Vega Alta.

La pareja fue detenida el martes en la tarde, horas después de que una  bañista, quien caminaba por  la playa La Mojonera junto a algunos familiares, le llamara la atención el movimiento de un cilindro de lavadora -utilizado como zafacón- y para su sorpresa se encontró con la espeluznante escena de un  niño de edad preescolar seriamente herido, con diversos golpes, bañado en  sangre e inconsciente.

Álvarez Luciano fue identificado hoy en una rueda de confrontación, luego que  testigos lo identificaran como la persona que salió corriendo de la escena donde fue hallado el menor.

Ayer, luego de largas horas ininterrumpidas de interrogatorio, el capitán Julio C. Pérez, jefe del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Aguadilla, dijo estar satisfecho  porque “el caso es sólido y está esclarecido. Vamos a lograr convicción contra estos dos individuos por los hechos tan abominables que se han cometido”, sentenció.

El día de los hechos

Vecinos del residencial Santa Rosa, en Rincón, contaron a Primera Hora que el domingo, día en que el niño recibió la paliza que mantiene su salud comprometida, vieron a Álvarez Luciano salir con este en la mañana. “Iban solos. Él tenía un bulto, tenía un bate y tenía al nene, que estaba con una bandita (en el brazo), con una correa”.  Algunos vecinos pensaron que  iban “a pescar a la playa” y  otros,  que “iban a emergencias”.

“Tanto ella es responsable como él”, acotó un vecino. Otra residente identificada como Viviana Valera dijo que “ella se les fue detrás (el domingo cuando salieron) y cuando llegaron, llegaron sin el nene”.

Se defiende

Previo a su comparecencia ante el juez, la madre   expresó en un momento que tuvo oportunidad de hablar con la prensa, que él -su pareja- le hizo creer que era un agente federal y que la ayudaría a conseguir papeles o documentación de Inmigración, ya que hacía un año  se le habían vencido.

Sobre la desaparición del niño,  ella aseguró que él le hizo creer que se lo habían llevado a los federales, pero que lo trataría de recuperar. Presuntamente  la mujer desconocía que el niño estaba casi muerto, botado en un zafacón.

Ella alegó que él no la dejaba tener contacto con nadie, ni siquiera con su hijo.

Horas después, mientras era llevada al vehículo que la transportaría a la cárcel, la  mujer lloró desesperada pidiendo por su familia. Mientras,  Álvarez Luciano  permanecía cabizbajo negando lo que le imputaban.

A las afueras del tribunal, ciudadanos que llevaban horas en espera del resultado de la vista se exaltaron al ver a la pareja salir.

 “A los niños se respetan”, dijo Nereida Avilés, de Aguadilla.

“Ya es hora de que hicieran algo, porque esto está malo”, expresó Jordan Rivera, también de Aguadilla.

“Que no le den la pena de muerte. Que los tiren a los presos”, gritaba Grisella Lassalle.

En el residencial se percibía ayer un estado de inmensa indignación y algunos de los vecinos querían tomar la justicia en sus manos.

“Que nos lo suelten 15 minutos aquí para que conozca cómo es la ley del caserío”, agregó otro vecino.