El trío de pescadores zarpó al mediodía, de la costa del barrio Pozuelo de Guayama. Unas seis horas después, allegados comenzaron a preocuparse cuando al atardecer la lancha en la que navegaban fue divisada vacía, cerca de cayo Elías.

Al amanecer del domingo, nada se sabía del paradero de Esteban Semidey Ortiz, Gilberto Ortiz Vázquez y Carlos de León. Sin embargo, a las 12:58 p.m. una llamada al sistema de emergencias 9-1-1 informó sobre tres cuerpos flotando en la playa del sector Los Chorros en el barrio Aguirre de Salinas.

A media tarde del domingo se confirmó que se trataba de los tres pescadores, quienes perecieron ahogados y las corrientes empujaron sus cuerpos hasta la costa próxima a un manglar aledaño a la Central Termoeléctrica de Aguirre.

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Algunos familiares y otros pescadores de la zona sospecharon que estaban pescando cerca de Boca Infierno, la desembocadura de la bahía, que se conoce por su alta marejada. Probablemente una fuerte ola los sorprendió y se produjo la tragedia, estimaron otros pescadores.

“Murió haciendo lo que le gustaba. Ay Dios mío, mi Dios”, exclamó la enfermera Gloria Yanira Ramos mientras comunicaba lo ocurrido por su teléfono celular a otra persona, justo cuando una lancha de la Policía transportó los cuerpos de los pescadores hasta el Club Náutico de Guayama. 

Ramos, prima y sobrina de dos de las víctimas, se encontró con otros parientes de los pescadores a pasos de la embarcación donde yacían los cadáveres. Allí, consternados se abrazaban y lloraban sumidos en profundo dolor.

“Eran amigos inseparables”, expresó Ramos al recordar que los tres “se pasaban sus días pescando y limpiando la embarcación”. 

La mujer comentó que su tío Gilberto “se retiró de su trabajo en Estados Unidos y hace año y medio regresó a Puerto Rico”.

“Su pasatiempo era estar con mi primo y salir a pescar”, añadió Ramos.

Semidey Ortiz, de 52 años, era operador de maquinaria de construcción retirado. Su tío, Ortiz Vázquez, tenía 60 y le apasionaba el mar. De León, el mayor del grupo, además de pescador era panadero y tenía 73 años, según informó la Policía. 

Versiones de familiares y de la Policía apuntan a que el trío salió sin contratiempos desde el Muelle de los Pescadores en la lancha de 14 pies de eslora que pertenecía a De León. Sin embargo, la embarcación fue encontrada sin capitán, ni tripulantes, a eso de las 6:00 p.m. del sábado por una embarcación de la Policía en una zona conocida como el Chorro, en la Bahía de Jobos. 

Al reportarse la desaparición de los pescadores, las autoridades iniciaron una búsqueda que incluyó la movilización de un helicóptero y una lancha de la Policía. Otros pescadores rastrearon en sus lanchas la zona tarde el sábado, pero no fue hasta pasado el mediodía del domingo que descubrieron que los tres hombres perecieron ahogados.

El naufragio aparentemente se suscitó en medio de mal tiempo en la zona. Eso dificultó la búsqueda inicial de los pescadores.

En el Club Náutico, algunos residentes asombrados se cuestionaron cómo pudo pasar esto si las tres víctimas se caracterizaban por sus buenas destrezas como navegantes. 

“Es una situación muy triste y lamentable. Son personas que conozco. Siempre que se pierde una vida deja una estela de dolor y tristeza”, dijo el alcalde de Guayama, Eduardo Cintrón Suárez, quien llegó al Club Náutico para expresar solidaridad a los familiares y amigos de los pescadores.

“Esta es una comunidad unida. Teníamos la fe puesta que iban a ser encontrados con vida, pero lamentablemente no fue así. Le vamos a brindar ayuda a las familias a través de nuestra Oficina de Ayuda al Ciudadano”, agregó Cintrón Suárez. 

Mientras, agentes adscritos al Distrito de Salinas y la Unidad Marítima recopilaban información para completar una investigación de los hechos. 

En julio pasado, el viaje de otro pequeño grupo de pescadores del sur también terminó de forma trágica cuando su lancha se viró y dos mujeres fallecieron ahogadas.

El suceso ocurrió a dos millas náuticas del complejo de viviendas Palmas del Mar, en Humacao. En ese caso las víctimas fueron Carmen Vega Espinosa, de 57 años, y Martina Cruz Malavé, de 58, que salieron a pescar en una embarcación de 19 pies desde el puerto de Yabucoa, acompañadas de los pescadores Miguel y Héctor Díaz Rodríguez, de 66 y 57. Los hombres lograron nadar, a pesar de un fuerte oleaje, y fueron rescatados por personal de la Unidad Marítima de las Fuerzas Unidas de Rápida Acción