Con su característico apasionamiento, el líder comunitario Papo Christian, censuró el tiroteo entre gangas rivales ocurrido en Monte Hatillo, a la vez que demandó que la Policía no abandone el residencial porque los vecinos viven con temor  y se requieren garantías de seguridad.

El líder comunitario, que ha consagrado su vida a velar por el bienestar de los residenciales públicos, expresó su esperanza de que la iniciativa de la Administración de Vivienda Pública para “la creación de espacios de paz” tenga resultados positivos.

“Ha habido otras iniciativas en el pasado. Esto lleva 25 años. La generación de ahora son jóvenes que se criaron en esta problemática. ¿No es vergonzoso que esta escuela esté  cerrada? Yo hubiese puesto un ejército de policías ahí y estuviese abierta”, dijo con referencia al cierre de  la Escuela de Monte Hatillo.

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“¿No te acuerdas del programa Ocasir? ¿De aquel programa de Hernández Colón de recursos entretejidos con dedicación? Si hubieran invertido dinero en eso, estas generaciones no existirían. Aquí habría  armonía, paz, felicidad”, dijo aludiendo al programa creado en 1987 para la prevención de la delincuencia, que se suponía ofrecía oportunidades educativas, recreativas y ocupacionales.

¿Qué le hace falta a esta generación?

“A estas generaciones les hace falta que los enseñen a valorar que las cosas materiales, nada más, no son los que hacen vida. Es importante las cosas materiales, pero también lo espiritual, el compartir, el amar y socializar con tus vecinos, es importante. Creo en lo que se está haciendo ahora, sembrando otra vez la semilla. Esas yerbas que crecen entre esas losetas de cemento, las tumbas, pero salen otra vez. Cuando te operan, digamos del corazón, por fuera se cicatriza, pero por dentro está la herida. Las semillas tienen que generarse. Te tienes que cuidar”.

Monte Hatillo está en intensivo

Monte Hatillo, como otros residenciales, dijo, hay problemáticas sociales que no hay en otros lugares.

“Monte Hatillo está en intensivo. La policía está allí. Ahora, no se pueden quedar solo una semana ahí y  después se van. Se tienen que quedar. Las fuerzas del mal no pueden prevalecer sobre las fuerzas del bien.

Tienen miedo, parece

Tienen miedo. Cuando entré aquí, a Monte Hatillo,  le  preguntamos a un joven dónde era el centro comunal de aquí y bajó la cabeza. No se atrevió a hablar. El joven tiene miedo. Y la gente de Monte Hatillo y de otros lugares están autorizados a  sentir temor, pero miedo no, porque el miedo te paraliza. Te inhibe. El temor te pone a reflexionar y el llamado a las personas es que se atrevan a seguir haciendo su vida.

“Y el llamado a todos estos jóvenes que disparan, Dios mío, están exponiendo a sus familias, a sus vecinos, a sus seres amados, a ellos mismos. Pero por amor a Dios, no disparen al aire, ni se pongan a tirarse. Se están disparando los unos a otros, como si aquí existiera la pena de muerte. ¿Quién diablo se creen? ¿Pero quiénes se creen ustedes que son? Censurados”, sentenció con indignación.