La llamada “ley del silencio” ha imperado en el residencial Yuquiyú, en Loíza, después que anoche una mujer murió baleada.

Los investigadores del asesinato no han recibido cooperación de vecinos y la Policía tampoco ha recibido confidencias sobre lo ocurrido.

Mientras, se ha teorizado que Evelyn Peñaloza Quiñones, de 48 años, podría ser víctima inocente de una bala pérdida.

El teniente Gerardo Andújar, jefe de la División de Homicidios en Carolina, indicó que personal bajo su supervisión regresó al lugar de los hechos esta mañana, pero no ha recibido mayores confidencias para identificar a los autores del tiroteo fatal.

“(Anoche) Imperaba la ley del silencio”, dijo Andújar.

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¿Y hoy?, se le preguntó.

“Más o menos igual”, respondió al recalcar que “hay poca cooperación” en el lugar de los hechos.

Peñaloza Quiñones vivía sola en el apartamento 12 del edificio 2 en el mencionado caserío.

Sus vecinos la echaron de menos cuando en la mañana de ayer, lunes, no cruzó al apartamento de al frente a tomar café, como solía hacer. Por eso, los vecinos llamaron a la Policía y luego se toparon con la escena entrada la noche.

La mujer presentaba una herida de bala en la cabeza. En su apartamento se observó un orificio de una bala de calibre alto en una ventana. También se divisó un orificio de aparente bala en una puerta y un blindaje en el suelo. Todavía no se ha determinado el calibre de esa bala.

La Policía entiende que la mujer pudo haber sido alcanzada por el disparo durante la noche del domingo, cuando se registraron detonaciones en el caserío.

En el techo del edificio de administración del complejo se ocuparon sobre 50 casquillos de bala de rifle y de arma corta, pero se desconoce si guardan relación con la muerte de la mujer, tomando en consideración que se reportaron disparos durante la despedida del año en el residencial.

Este medio supo que el lunes, agentes del cuartel de Loíza ocuparon un arma de fuego Glock calibre 357 frente al caserío. También se supo que existe al menos un vídeo tomado con un teléfono celular de individuos disparando al aire, pero no está clara la fecha.

Andújar negó que la Policía esté investigando un vídeo de ese tipo.

“Queremos hacerle justicia a esta señora”, dijo Andújar al indicar que la mujer vivía sola y que toma fuerza la teoría de la llamada bala perdida. De confirmarse esa teoría, el caso podría ser reclasificado a un incidente desgraciado, tal y como ocurrió con el caso de la muerte de la joven Karla Michelle Negrón durante la despedida de año de 2011.

Lo mismo ocurrió con la muerte Omayra González Rodríguez, en septiembre de 2013, también alcanzada por una supuesta bala perdida mientras se encontraba en su residencia del barrio Dajaos de Bayamón.

“No hay los elementos de alevosía, de premeditación”, dijo Andújar.

En la residencia no había nada forzado.