“¿Por qué  no a mí, y por qué  a mi gorda?”

El dolor de saber que su pequeña Stephanie Zoé, su gorda, como también la llama de cariño, no sobrevivió a un accidente el sábado, mantenía ayer a su papá en medio de un dolor infinito.

Las preguntas rondan sin cesar en la cabeza de Miguel Figueroa Pedroza, de 29 años, un experimentado camionero que, sin embargo, el sábado perdió el control de su auto -en el que iban además su esposa Jalice Soto Martínez, de 33 años y el otro hijo de la pareja Dereck Figueroa Soto- y terminó cayendo por un risco de unos 30 pies de profundidad. 

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“Él está echándose mucha culpa y él va a necesitar mucha ayuda de sicólogo y terapia”, afirmó Nelson García, padrastro de Miguel, quien se mantuvo a su lado desde que fue trasladado el mismo sábado al Centro Médico en Río Piedras.

Mientras, Raúl Figueroa,  tío de Miguel, indicó que su sobrino no hace más que repasar en su cabeza el  cómo y se cuestiona  por qué su niña falleció.

 “Le dijimos que Dios necesitaba un angelito pequeño en el cielo y no a él”, expresó.

Pero quizás lo más trágico de todo es que Dereck, de tan solo 6 añitos, quien estaba sentado al lado de su hermanita, cuando ayer pudo hablar con su abuela materna Debra, le contó que se acordaba de todo.

“Abuelita, nos fuimos por un risco”, le dijo el niño a  Debra. 

Cuando la abuela le respondió, tratando de tranquilizarlo, diciéndole que no se preocupara, que todo estaba bien, el niño le dijo que no, porque recordaba detalles terribles de lo sucedido dentro del vehículo, según le pudo contar más tarde ella a su esposo, abuelastro del niño.

“Parece que él lo vio todo”, indicó el abuelastro de Dereck.

Hasta ayer, los médicos se preparaban para realizarle al nene un MRI del estómago para descartar que hubiese daño interno.

Al cierre de esta edición se desconocía si le habían podido realizar ese procedimiento.

El niño se mantenía en cuidado intensivo en el Hospital Pediátrico, también del complejo del Centro Médico.

El conductor del carro accidentado, Miguel, se quejaba además de mucho dolor en el pecho por lo que los médicos tenían que hacerle más estudios para verificar qué lo estaba causando. 

No obstante, sospechan que se lastimó un tendón.

“Dentro de todo (Miguel) está estable, pero le duele mucho el brazo izquierdo . Según ellos indican, tiene una separación en  un lado del brazo y un tendón interno que está afectado, pero ellos creen que no es de operar. Yo espero en Dios que no tengan que incurrir en una operación”, expresó su padrastro.

Por su parte, Jalice, madre de los nenes y esposa de Miguel, parecía no haber comprendido la magnitud de lo que sucedió.

“Ella pues sí le dijeron al momento (del fallecimiento de su niña Stephanie Zoé), pero hace un ratito estaba preguntando  y me dio a indicar que había que decírselo de nuevo, que había que indicarle otra vez”, relató Nelson.

Para eso, ayer mismo la familia coordinaba con los servicios de trabajadores sociales y la tanatóloga del Centro Médico para que la ayudaran a asimilar la terrible noticia.

Los médicos recomendaron,  además, que estuviera con algún familiar bien cercano para poder hablar con ella del tema.

Por su parte, Israel Ayala,  director de Servicios Médicos de la Unidad de Intensivo, dijo que los tres sobrevivientes estaban estabilizados y su diagnóstico era “reservado”. 

Miguel permanecía en sala de emergencias, mientras que Jalice estaba en el Hospital de Trauma, todos dentro del Centro Médico.

Esta historia tan trágica ocurrió, según informó la Policía,  a las 10:11 de la mañana del sábado en un tramo de la carretera PR-593, en el sector Los Hippies del barrio Pellejas de Orocovis. 

Miguel manejaba una guagua Nissan Pathfinder rumbo a un pasadía familiar con unas amistades que iban en otro auto delante de ellos, cuando aparentemente perdió el control en un área descrita como una semicurva, a la altura del kilómetro 1.8. 

La guagua cayó por un risco de unos 30 pies de profundidad y quedó  con las gomas hacia arriba, a poca distancia de un río.

El padrastro del conductor indicó que según la fiscal que atendió el caso, Yali Quiroga,  desde mucho antes de que se salieran de la carretera había marcas en el pavimento que demostraban que Miguel intentó frenar.

Otro indicativo que le llamó la atención fue que la guagua quedó con la emergencia puesta y la palanca de cambios en parking.

“Él hizo todo lo que pudo”, manifestó Nelson.

El tío de Miguel afirmó que la zona es tan difícil por las curvas que cuando el equipo de softball en el que juega, tenía torneo o prácticas por allí, él prefería no ir.

“Es una carretera bien, bien peligrosa”, indicó.

Asimismo, con el semblante incómodo, Nelson dijo que la foto que suministraron a los medios en que se pueden ver a Dereck y a Stephanie sentados en el asiento trasero de un auto, fue una imagen posada, y que al momento del accidente ambos iban en sus respectivos asientos de seguridad.

El vehículo accidentado, modelo 1989, pasó a la custodia de la División de Carreteras para proceder con una inspección de rigor y determinar si algún fallo mecánico puede vincularse a la desgracia.