Entre barrotes exigieron la excarcelación de uno de los suyos.

Decenas de personas acudieron ayer, miércoles, a la plaza pública de Arecibo para participar de las manifestaciones a favor de la liberación del preso político Oscar López Rivera, quien ha cumplido 32 años tras las rejas, luego de haber sido sentenciado a 70 años en prisión.

Uno de los que se encerró en la celda improvisada con tubos de cloruro de polivinilo (PVC) fue el alcalde de la Villa del Capitán Correa, Carlos Molina, quien a su salida luego de haber estado preso por 15 minutos abogó por la libertad de López Rivera.

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“Ya es hora de que una persona como él, que haya cumplido 32 años en prisión, pueda salir a la libertad. Yo creo que ya ha sido suficiente tiempo”, comentó Molina, quien también fungió como secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) durante el cuatrienio pasado.

Agregó que “creo que ya es tiempo de que el pueblo se una para pedirle al presidente (de Estados Unidos)” la liberación de López Rivera.

Figuras públicas de diversas ideologías y trasfondos se "encierran" en unas "celdas" ubicada en las plazas de varios municipios y que fueron hechas como réplicas a la que ocupa actualmente López Rivera.

Algunas de las figuras más prominentes que participaron de la demostración de solidaridad hacia López Rivera fueron el reconocido abogado Gabriel Rubio Castro; el presidente de la Unión de abogados de la Sociedad para la Asistencia Legal en Puerto Rico, Antonio Torres Peña; el abogado Domingo Emmanueli; el cantautor Tito Auger y el trovador Hatillano, Omar Santiago.

La pequeña cárcel no tan solo albergó personas del ambiente político y artístico, sino que también acomodó a miembros de la comunidad en general. Jóvenes y adultos se unieron a las encarcelaciones simbólicas que, inicialmente, eran de 45 minutos por personas pero los turnos tuvieron que ser reducidos a intervalos de 15 minutos, debido a la alta participación de la ciudadanía.

Stephan Colón Vázquez, vecino de Quebradillas, fue uno de los aprisionados que llegó con la esperanza de la pronta liberación de López Rivera.

“Me motivó el sentimiento patriótico... las injusticias que se cometen contra un ser humano que, por pensar diferente, fue juzgado como si fuera un delincuente”, dijo, previo a su encarcelación.

Asimismo, Silvia González Cabrera, compartió la celda con su hijo Jan, de seis años. La madre permaneció en una silla durante su turno, mientras el menor prefirió acostare en un pequeño catre que se había colocado dentro de la prisión.

“Una de las cosas que estamos perdiendo son los valores. Por eso estoy aquí con mi hijo, para enseñarle el valor de luchar por causas justas. La compasión por los humanos comienza en nuestro hogar”, manifestó la joven madre, que lucía una camisa negra con un mensaje alusivo al evento “32 x Oscar”.

Desde las 12:01 de la medianoche del miércoles, manifestantes se reunieron en diferentes puntos de la Isla para reclamar la liberación de López Rivera, un activista político que fue arrestado por las autoridades federales en 1981 tras haber sido acusado de conspiración sediciosa. Sin embargo, López Rivera, de 70 años, nunca fue acusado por actos violentos o haber causado alguna muerte.