Yo soy boricua pa’ que tú lo sepas, pero no es lo mismo el boricua bestial que el boricua guaynabito.

No necesariamente hay que vivir en la Ciudad de Cinco Estrellas para ser considerado uno de estos especímenes del terruño, basta con encajar en la imagen que se tiene de los guaynabitos y que incluye, entre otras cosas, la utilización de ropa de diseñador, de marca.

Así quedó reflejado en una encuesta de Primera Hora en la que se indagó sobre la percepción en los estilos y actitudes de estos ciudadanos que hace varios años cargan con un gentilicio que muchos hasta adoptan con orgullo.

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Si se trata de qué les gusta hacer, un 15 por ciento de los encuestados entiende que los guaynabitos se la pasan bien en el cine y un 11 por ciento considera que son personas de fiestas familiares. Aunque entre las opciones estaban viajar e ir al centro comercial con frecuencia, ninguna de las dos superó el cinco por ciento.

Para el 20 por ciento de las personas encuestadas, los guaynabitos y guaynabitas son comemi... y para un nueve por ciento son responsables. Apenas un cinco por ciento de los encuestados entiende que tienen dinero y un cuatro que son educados.

Entre las frases favoritas de los guaynabitos, ni really! ni ¡wepa! ni ¡oh dios! superaron el dos por ciento. ¿En serio? obtuvo un 15 por ciento y hello!, un ocho.

En el renglón de cómo se peinan, la opción de gel de pelo obtuvo un 23 por ciento y normal un 15, así que no les debe resultar común encontrar un guaynabito pelú. La suma de las opciones de blower y plancha es 19 por ciento, así que la percepción es de mucho cabello estirado en los guaynabitos y guaynabitas. Probablemente más ellas que ellos.

En el caso de las guaynabitas, la impresión del ocho por ciento es que incluso visten de una manera que las hace parecer modelos.

Si del paladar se trata, la comida criolla no es para guaynabitos, al menos eso fue lo que dejaron claro las personas encuestadas. Ahora, un 23 por ciento entiende que les someten al sushi y un 15 por ciento a los mariscos y otros comestibles del mar. El arroz con gandules y el lechón obtuvo apenas un uno por ciento. Parece que las personas que participaron en la encuesta nunca se han encontrado un guaynabito en Guavate o en alguna otra ruta lechonera.

Guaynabitos aparte, ¡qué rico es comer!

Parece que es difícil rechazar un tostón y, entre esta fritura de plátano y los onion rings, el primero es el ganador indiscutible. Con un 78 por ciento, los tostones casi sacan del menú a los aros de cebolla empanados y fritos.

Algo similar pasa si se pone a competir a los bacalaítos con los calamares fritos. Un 88 por ciento no cambia la fritura de bacalao por el molusco. Y al risotto que ni se le ocurra ponerse al lado del arroz con pollo, que es preferido con un 86 por ciento.

La pelea que sí está reñida es la de el sushi con la morcilla. Quién lo diría, pero el plato japonés obtuvo un 51 por ciento y la tripa de tono oscuro un 49. Parecido es el resultado si se enfrentan los sorullitos de maíz y los mozarella sticks. Los primeros obtuvieron un 55 por ciento y los palitos de queso 45.

Entre carne frita y cordero, el cerdo no tiene rival con un 89 por ciento. Parece que, aunque no parezca, hasta los guaynabitos le meten mano.