El paso de la tormenta tropical Bertha por el este de Puerto Rico en muchos casos no pareció alterar en nada la rutina de la gente en esa zona del País.

“Para mí esto no fue tormenta”, dijo Minerva Medina, de 67 años, quien se encontraba a las afueras del cine de Fajardo con sus nietas, con las que acababa de ver un estreno. “En Filadelfia, donde vivo, las hay más fuertes todavía”, agregó la mujer, que está de visita en la Isla.

Al igual que ella, decenas de personas entraban y salían del cine y de tiendas o centros comerciales de la zona. Algunos acudían a las playas a desafiar el mar embravecido por la tormenta, como un puñado de surfistas que acudió durante la mañana a la playa La Pared, en Luquillo, y otros que este medio vio salir en la tarde, con sus tablas, de la costa de Loíza.

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Al filo del mediodía, más de una decena de curiosos acudía en sus autos al puerto de Yabucoa, cercano a la playa Lucía, a apreciar el fuerte oleaje y captarlo con sus celulares. Entre ellos estaba Milagros Sustache, de 41 años y vecina de Yabucoa.

“Soy voluntaria del Departamento de Recursos Naturales y siempre estoy pendiente a las playas y a los lugares donde anidan las tortugas marinas. También somos pescadores y siempre estamos por el área”, dijo la mujer. “Este evento ha traído menos lluvia, pero olas más altas que otras tormentas”.

De hecho, la gente no abandonaba el lugar a pesar de que el mar seguía subiendo y por momentos llegaba a donde estaban estacionados los autos.

Sustache agregó que en la madrugada fue cuando llovió más copiosamente en Yabucoa.

Con ella coincidió el alcalde de Fajardo, Aníbal Meléndez, donde también la precipitación cayó temprano.

“La lluvia más fuerte se dio antes de las 6:00 a.m. Después solo cayeron lloviznas”, dijo el ejecutivo municipal.

Dado que la precipitación provocada por Bertha llegó luego de una prolongada sequía que ha afectado al País, no se reportaron inundaciones ni ríos fuera de sus cauces en los pueblos desde Yabucoa hasta Canóvanas.

“No tuvimos ni una sola querella de que el agua haya entrado a alguna casa”, dijo el alcalde fajardeño, quien lo adjudicó a la limpieza de alcantarillas comenzada hace unos días por iniciativa municipal, así como a un dique construido en el Río Fajardo, a un costo de $11 millones. Esto evita que se inunden sectores que tradicionalmente se ven anegados con eventos como este, como Maternillo y Mansión del Sapo.

En Fajardo, Meléndez solo mencionó un accidente de tránsito relacionado con el pavimento mojado. “En la carretera 976, la que va del pueblo de Fajardo al campo, un auto conducido por una mujer resbaló y chocó frente con un poste”, dijo sin ofrecer más detalles.

En Naguabo, Orlando Díaz, director de la región 11 de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead), informó que se había reportado el desborde de un caño, lo que había vuelto intransitable la carretera 31 a la altura del sector La Pitina, pero cuando este diario pasó por el lugar a eso de las 2:00 p.m., las aguas habían vuelto a su nivel.

 En Luquillo, el alcalde Jesús “Jerry” Márquez indicó que solo se reportaron árboles caídos, uno sobre una residencia en el barrio Sabana y otro sobre una calle municipal en el barrio Fortuna, que ayer en la tarde ya habían sido removidos.

Aparte de los usuales llamados a la prudencia que se hace a los surfistas y el incidente en el que un deambulante de 20 años sintió corriente luego de que un rayo cayera cerca de donde se encontraba en el balneario La Monserrate, no se reportaron mayores incidentes en el municipio.

En ambos pueblos no se reportaron refugiados. Tampoco en los municipios de Las Piedras, San Lorenzo, Juncos, Humacao, Yabucoa, Maunabo y Naguabo, de acuerdo con Orlando Díaz, director de la región 11 de la Aemead.