La muerte de una mujer puertorriqueña en Colombia tras someterse a una cirugía estética vuelve a poner la lupa sobre los peligros y consecuencias que encierran estos procedimientos.

Nancy Santana García, de 45 años fue intervenida el jueves en una clínica estética en la ciudad de Medellín a la que fue recomendada desde Puerto Rico. Allí le realizaron una liposucción y una abdominoplastía. Dos días después falleció. Otra mujer que iba con Nancy y otras dos mujeres también para una intervención estética, está grave, ha trascendido.

El suceso, lamentable por demás, no es el único que recuerdan los puertorriqueños de mujeres que también perdieron la vida al hacerse procedimientos estéticos fuera de la Isla.

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El más reciente fue el caso de Beverly Ann Brignoni, una mujer de 28 años que murió el 20 de febrero de 2014, horas después de someterse a una lipoescultura en la República Dominicana. Según se inform entonces, tras la cirugía sufrió una embolia masiva del pulmón. La mujer, natural de Barranquitas, vivía en Nueva York y tenía una hija de 4 años. Había pagado $6,300 por el procedimiento. Dos semanas después las autoridades dominicanas cerraron la clínica Centro Médico Vista Jardín para una investigación.

Muchos también recuerdan que en el 1999 murió la periodista dominicana radicada aquí, Isabel Vargas, luego de que se sometiera a una liposucción en un centro privado de Santo Domingo. Tres días después de la operación, la mujer murió. Su cuerpo fue trasladado de manera irregular desde esa clínica para tratar de hacer ver que no había muerto allí.

Y quizás uno de los casos más dramáticos y más sonados fue el de Dhelmalyz Ríos Rivera, 26 años, madre de dos niñas quien falleció el 15 de agosto de 1998, 15 días después de una lipoinyección en las piernas que le practicaron en República Dominicana. Tras su muerte, trascendió que el cirujano fue Edgar Contreras, hermano de Frank Contreras, quien fue enjuiciado en Puerto Rico por practicar aquí la medicina sin tener las acreditaciones y permisos y luego de que alegadamente mutilara a varias mujeres durante sus procedimientos. Posteriormente, Edgar Contreras tuvo que responder ante el sistema judicial de su país por la muerte de varias mujeres, incluyendo Dhelmalyz e Isabel.

El 2 de septiembre de 1998 también murió Migdalia Cordero Cabrera de 26 años, también madre de dos hijos, quien buscaba una reducción de senos y extirparle unos nódulos. A ella la operó el medico argentino radicado en Dominicana, José Jordan. La mujer regresó a Puerto Rico pero empezó a sentirse mal. Fue ingresada en el Hospital Dr. Sulsoni de Arecibo, y luego en el Centro Médico de Río Piedras donde 13 días después de la intervención falleció.