En la pequeña escuela elemental Alfonso López García, en el barrio Maguayo en Dorado,   hay un grupo de maestros que hace la diferencia  al  tomar en cuenta a los estudiantes creándoles un ambiente   propicio para el  aprendizaje.

Hoy, en el inicio del curso escolar, los alumnos observarán que en esta escuela, desconocida para muchos, sus maestros se esmeraron para tener lindos sus salones, a pesar de los limitados recursos de sus bolsillos. 

Estos maestros y maestras  trabajaron  de noche, sábado y  domingo, para tener sus salones listos.

“La decisión de pintar y de arreglar los salones fue de todos. El viernes en la tarde una compañera me dijo que  tenía pintura que su esposo le compró y me la cedió. Pinté mi salón  de un verde suavecito en la parte de abajo y color hueso arriba. Salí como a las 7:30  de la noche  pintando y acomodando libros”, relató Zulma Rivera, profesora de Estudios Sociales  para los grados cuarto, quinto y sexto.

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“El sábado  compré las cosas que me faltaban. Gasté ciento y pico de dólares en materiales didácticos para que los estudiantes puedan tener cosas bonitas y presentables en el salón. Además, eso me ayuda a comunicar de forma concreta   algunos tópicos que voy a tocar en la clase”, agregó Rivera.

Mencionó que compró carteles, láminas y  mapas.

Ese mismo sábado decoró su salón destacando los mapas, la bandera y los himnos.  

“Entiendo que si yo no conozco mi cultura no puedo conocer otras culturas. Es importante que los niños conozcan su País  y que puedan describir el País en el que viven a cualquier persona que les pregunte”, dijo.

¿Por qué lo hace?

Tengo que tener un ambiente limpio y organizado para sentirme bien, sino los  estudiantes no pueden aprender. 

Rivera enseñará Estudios Sociales este año, pero por los pasados años fue la maestra de español para los grados cuarto quinto y sexto y, para su sorpresa, fueron sus estudiantes los que aprobaron las pruebas puertorriqueñas.

“Aprobamos todas las pruebas, pero en una particular medición mis estudiantes obtuvieron 54.5 de puntuación y el máximo era 55”, dijo.

¿Por qué esos estudiantes tuvieron esa ejecución?

Hubo responsabilidad y compromiso de parte de ellos y de parte mía, como maestra. Hubo mucha motivación.

Es importante que fluyan

Ivelisse Rosario era  maestra de kinder y ahora  impartirá los cursos de  Matemáticas  y Ciencias para segundo grado  bajo el  programa dual language.

Rosario no solo tuvo  un  cambio a otro   salón, sino  que tuvo que vaciar y sacar los materiales de otro grado.

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Su nueva aula presenta  un problema de filtración en una pared que la hace lucir horrible.

“Tenía la pintura desmerecida justo en la pared que los niños y yo vamos a  estar viendo. No era el  ambiente propicio para trabajar. Así que con mucho amor y sacrificio, nos fuimos toda la familia a arreglar el salón y prepararlo para recibir a los niños el lunes (hoy)”, relató.

“Pintamos la parte del frente que me tenía grave. Decoramos. Saqué los materiales de segundo grado,  los libros y recursos que me provee el Departamento de Educación y decoramos con unas cositas que compré. Son unos zorritos  que identifican el  área de escritura y lectura.

¿Qué te mueve?

Que los niños tengan un lugar que esté limpio, que sea acogedor. Un ambiente agradable.

¿Por qué es  importante?

 Porque van a pasar seis horas, siete horas de sus días ahí.

¿Y qué pasa?

Para mí es importante que tengan  un  lugar agradable, que el aprendizaje fluya, no tengan distracciones y se sientan felices.

¿Por qué es importante que se sientan felices?

Para mí es esencial porque los niños que están  deprimidos o pensando en otra cosa no van a  aprender. 

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