Reportes de daños menores, que serán verificados por las oficinas de Manejo de Emergencia de los municipios, es lo que se ha reportado tras el terremoto de 6.4 registrado en la madrugada de este lunes en la falla de los 19 grados al norte de Quebradillas.

Los daños incluyen cristales rotos, lámparas que cayeron del techo, así como desprendimiento de empañetado y losetas, sostuvo el director de operaciones de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencia y Administración de Desastres (Aemead), Oscar Sotomayor.

“No tenemos información de deslizamiento ni de roca o de daño en la infraestructura vial. Lo único que recibimos fue información del área de Bayamón que se quedaron varios sectores sin energía por el movimiento de los postes. Eso es algo normal”, detalló el funcionario.

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El sismo ocurrió a las 12:01 a.m. en la falla de los 19 grados norte. Fue de 6.4 y, según reportes de la Red Sísmica, fue de intensidad V en la escala Mercalli. Ese registro provino del pueblo de Arecibo. Esto representa que fue “sentido por casi todo el mundo; muchos se despiertan. Algunos platos, ventanas, etcétera, se rompen; algunas casas de mampostería se agrietan. Objetos inestables volcados. Los péndulos de los relojes se detienen. Las puertas se balancean, se cierran, se abren. Árboles, arbustos sacudidos visiblemente”.

Sotomayor expresó que durante el día se espera que la Aemead reciba un informe de los municipios que detalle el efecto a los hogares y otras estructuras tras el movimiento telúrico.

Asimismo, indicó que se reportaron desalojos en las zonas costeras de Rincón,  Mayagüez y Loíza. Los mismos ocurrieron de manera de precaución y no porque las alarmas de tsunami se activaran, dijo.

 De paso, el director de operaciones de Aemead negó que las alarmas de tsunami de la comunidad Amelia en Guaynabo se activaran.

 “Me confirmaron que fueron unas sirenas de un barco. Eso se mandó a investigar. Ninguna sirena conectada se activó. Aparentemente, (los ocupantes del barco) se asustaron cuando sintieron el evento, e hicieron lo que pudieron dentro de su rol”, señaló Sotomayor.

 El funcionario comentó que el mayor efecto del temblor fue que las líneas del Sistema de Emergencia 9-1-1 se saturaron.

“Fueron cientos de llamadas las que entraron”, sostuvo Sotomayor, sin poder dar el detalle de la cantidad de llamadas recibidas.

 “Las personas preguntaban de la magnitud del temblor y si había peligro de tsunami”, añadió.

Vídeo tomado en Santa Juanita en Bayamón. (Twitter: @Gadilass)

 Debido a las cientos de llamadas recibidas, el Servicio Nacional de Meteorología determinó activar el servicio de emergencia unos 20 minutos después de haberse reportado el sismo. Comunicaba que no había peligro de tsunami.

Esta tardanza de emitir el aviso ha provocado grandes críticas en la ciudadanía hacia la respuesta del Gobierno ante el evento natural. De hecho, el director de Aemead, Miguel Ríos, aceptó en entrevista radial (NotiUno) las fallas en la comunicación con el pueblo y urgió por activar los avisos de emergencia en los celulares.

“Hay que corregir el momento en que se activa el EAS (emergency alert system). Ese tipo de respuesta hay que minimizarlo al máximo para que la información, a través de todos los medios, salga lo más rápido posible”, reconoció.

 Por su parte, Sotomayor señaló a este diario que “ese boletín se mandó a emitir para aclarar a la ciudadanía que no había riesgo... Si hubiera sido lo contrario, se hubiera activado inmediatamente”.