Esta semana comienza una de las estaciones más coloridas del año, cuando la naturaleza renace y se pinta, empieza a sentirse el calorcito avisando el verano, y el aroma de las flores en el ambiente. Es un regalo ver los brotes, las alfombras en el suelo de color naranja, rosadas y amarillas debajo de los árboles, y qué alegría poder verlo, vivirlo. La naturaleza suelta las hojas secas, lo que no le sirve, se reanuda. Se siente todo diferente pues ha terminado el invierno. En el que nos preparamos en limpieza para dejar nacer en primavera algo nuevo de nosotros. Es tiempo de florecimiento, renacimiento y expansión.

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Renacer y florecer es una decisión personal, sin embargo, esta es la estación para enfocarnos en compartir el resultado del trabajo hecho en el invierno.

Es tiempo para aprovechar la secreción de endorfinas que se acelera en primavera, para multiplicar el entusiasmo como empuje y vigorosamente crear las experiencias que necesitamos y celebrar hasta los pequeños logros. Esta riqueza se consigue primero asegurándonos que la limpieza del invierno está completa, que nos permitamos compartir nuestra pureza y mejores atributos sin temor a ser dañados, así como salen las flores sin condiciones.

¿Renacer qué? A la nueva versión que florece luego del proceso interno que inevitablemente hacemos en el frío invierno. Así como se limpia la tierra antes de lanzar la semilla, así mismo debemos hacer con nuestras emociones, mente y alma, nuestro ser integral.

Limpiemos resentimientos, asuntos no resueltos, frustraciones, mensajes negativos que pasan por la mente. Limpiemos la conciencia; estudiando, aprendiendo, meditando, atendiendo el autoconocimiento, abrazando los errores, aprendiendo de ellos, en fin, aclaremos el camino para continuar.

¿Florecer qué? Podría ser nuestra alegría innata, o nuestra inocencia. Igual a los árboles cuando se abren y lucen su belleza sin competencia, seamos, día a día sin competir con nadie, evitando la comparación. Dejemos florecer nuestra pureza y origen amoroso, amable. Esto nos devuelve certeza, armonía, paz y felicidad para compartir.

Renazcamos hacia un nuevo pensamiento. El trabajo al que más se le debe de dedicar es al de escoger los pensamientos que sembramos en nuestra cabeza. ¿Son pesados? ¿Son de alarma? ¿Son positivos? ¿Son falsos? ¿Son de paz? ¿Son de esperanza? La Naturaleza nos regala a través de cada ciclo oportunidades y energía para armonizarnos y

balancearnos en nuestro centro interior. Si nos abrimos a fluir con ella en esta primavera encontraremos nuevas formas creativas para manifestar nuestras ideas y llevar adelante nuestros proyectos de vida, porque la energía brota del interior hacia el exterior.

En este tiempo se está estimulado el crecimiento hacia lo nuevo, aunque sea dentro de las mismas circunstancias, o las mismas relaciones.

Aprovecha esta etapa para crear, confiar y dejar brillar esa potente luz que eres. ¡Inténtalo!