Caroline Irizarry Velázquez tiene 26 años y desde el 2013 compite en los principales eventos de tríalo en Puerto Rico. 

No hay competencia en que no reciba un aplauso del público y de sus pares y lo más importante: cuenta con el apoyo total de su familia.

Y es que esta joven atleta, la hija mayor de Santiago “Chago” Irizarry y Rebecca Velázquez y hermana mayor de Santiago Andrés, es vivo ejemplo de lo que es la perseverancia y su presencia ha sido el lazo que ha unido a esta familia detrás del deporte.

Caroline nació con perlesía cerebral pero también con un propósito en esta vida: servir de inspiración para otros.

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“Yo digo que Caroline es luchadora desde que nació y realmente es la única triatleta de la familia, porque hace los tres eventos. Y si ella no se rinde, nosotros tampoco podemos rendirnos”, confesó su mamá, Rebecca Velázquez.

“Los niños de educación especial salen del Departamento de Educación a los 22 años. Ya no tienen escuela, ni tutorías no seguimiento, ni nada. Lamentablemente así es en Puerto Rico. Entonces decidimos que ella tenía que trascender. Comenzamos a hacer el tríalo, porque era una actividad en que nos integramos todos”, sostuvo. 

En efecto, el tríalo es un deporte que combina tres disciplinas: natación, ciclismo y ca rrera pedestre. En cada competencia, Santiago Andrés tiene a su cargo la natación y se lanza al agua mientras arrastra a su hermana, que permanece en una balsa. Luego, en la competencia de ciclismo, acompaña a su papá al frente de una bicicleta adaptada y finalmente termina la carrera pedestre en una silla de ruedas que su mamá empuja durante toda la ruta.

Durante la etapa final del evento padre e hijo esperan a Rebecca y a Caroline cerca de la meta y los tres finalizan la carrera juntos.

Fue en el 2013 cuando su papá, que ya era nadador, se encontró con dos instancias que cambiaron su vida -y la de su familia- por completo.

 Primero, participó como voluntario en un evento de Iron Man en San Juan, y le tocó la competencia de paddleboard para personas con impedimentos, algo que lo marcó para siempre. 

Más adelante, se encontró con la fenomenal historia de Dick Hoyt, quien junto a su hijo, Rick, es reconocido internacionalmente porque juntos participan de eventos de tríalo, Iron Man y maratones. Rick padece de una condición similar a la de Caroline, pero no le ha impedido participar en los principales eventos de calibre mundial.

“Cuando yo vi ese vídeo, dije 'wow... si estas personas pueden, no tengo excusa para no hacerlo yo'. Ahí empecé a hacer los tríalos con Caroline”, recordó Irizarry.

“Ella se lo disfruta. Se va como en un viaje. Los muchachos la apoyan, le gritan palabras de apoyo y la aplauden y ella les da la mano para que se la choquen. Y si ve que vas lento, te mira para hacerte saber que bajó la velocidad”, comentó sonriente.

Al principio, solo participaban de la competencia de natación y carrera pedestre, pues no contaban con una bicicleta adaptada, pero gracias al ingenio y a la labor voluntaria y desinteresada de algunas personas, lograron adaptar un sillón de Go-Cart a una vieja bicicleta para que Caroline pudiera acompañar a su padre en la competencia. 

“Nuestra vida como familia ha cambiado muchísimo, porque sigue siendo un trabajo en equipo, y a la vez, hay que estar con mucha seriedad y disciplina. Nos ayuda en el aspecto deportivo y también a tener una estructura familiar”, reflexionó Irrizarry, padre.

Pero además del fortalecimiento de los lazos familiares, desde que comenzaron a participar en competencias dentro de la Isla, han vivido anécdotas muy positivas y emocionantes.

“Recuerdo que el primer tríalo que hicimos juntos fue el de Rincón en el 2014. En una parte de la carrera, veo que viene un grupo de atletas de regreso a la meta y cuando me vieron, decidieron virar y acompañarme el resto de la ruta. Yo les decía, ¡No, lleguen, tienen que hacer el tiempo!’ pero ellos me decían ‘Queremos llegar contigo’. Aquello fue bien impresionante”, narró Velázquez, quien no corría hasta que decidió acompañar al resto de su familia en los eventos.

“Otro día estábamos en el Maratón de Coamo (San Blás) y cuando subíamos la cuesta del ahoguillo, sentimos un golpe en la espalda, y era un grupo de atletas que nos empujaban para que termináramos de subir”, añadió Irizarry, padre, quien adelantó que esperan participar en agosto próximo en el evento Toughman Puerto Rico, que se celebrará entre Mayagüez y Cabo Rojo, una dura prueba que consta de 1.2 millas nadando, 56 millas en bicicleta y 13.1 millas en carrera.

Y mientras tengan fuerzas, seguirán participando de diferentes competencias como hasta ahora, un solo equipo, sin importar las dificultades. 

“El mensaje que queremos llevar es a las personas que tienen niños con discapacidad. Que no se tienen que conformar con tener a su hijo o hija entre cuatro paredes y mirando el techo. No necesariamente tiene que ser atleta, pero sí se pueden hacer muchas cosas juntos. Querer es poder”, sentenció Velázquez. 

La familia Irizarry Velázquez ha formado un gran equipo cuando se trata de enfrentar los tríalos en los que acostumbran participar. (PARA SUROESTE / GERARDO CASTILLO)

En la competencia de ciclismo, acompaña a su papá al frente de una bicicleta adaptada. (PARA SUROESTE / GERARDO CASTILLO)