Luego de lo que hizo defensiva y ofensivamente en la serie ante los Gigantes de San Francisco, hasta el hecho de que a Javier Báez se le caiga el chicle de la boca pero con sus prodigiosas manos evite que llegue al suelo, es algo extraordinario.

Y es que hasta ese momento registraron las cámaras televisivas durante en el cuarto partido de la serie divisional entre los Gigantes de San Francisco y los Cachorros de Báez el martes, en una noche en la que el bayamonés deslumbró otra vez, como en los tres partidos anteriores.

De ser un juvenil coleccionista de ponches, macanero susceptible a las rectas altas y los sliders afuera, este año Báez ha logrado convertirse en el jugador más oportuno y valioso en el clutch para  la espectacular alineación de los Cachorros.

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Chicago realizó una improbable remontada en la novena entrada anteanoche que fue coronada por un hit de Báez que remolcó la carrera de la victoria y los Cachorros avanzaron a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional al vencer a San Francisco 6-5.

“Si hubiese un premio al Jugador Más Valioso de las  series divisionales habría que dárselo a él (Báez)”, dijo tras el partido el gerente general de los Cachorros, Jed Hoyer, a ESPN. “Estoy muy contento de que los fanáticos de los Cubs no lo subestimen”.

En cada uno de los partidos ante San Francisco, Báez convirtió la serie en una tarima para demostrar de lo que es capaz.

En el primer encuentro, además de una relampagueante y extraña jugada en la que agarró fuera de base a Denard Span en primera, bateó el jonrón solitario que le dio la victoria 1-0 a su equipo.

 En el segundo, su corrido de bases en un batazo de Kyle Hendricks demostró el sentido de béisbol que posee e hizo que anotara cómodamente desde segunda base.

 En el tercero, se lanzó tras un batazo de Conor Gillaspie por el medio y se deslizó para atraparlo detrás de la segunda almohadilla y retirar al corredor por un paso con un poco de ayuda de los árbitros.

Y el martes, realizó otra gran jugada por el centro en la que que tras revisión el corredor fue quieto; llegó de home a tercera base en una roleta de rutina que incluyó un mal tiro a la inicial; sacó en segunda a Denard Span en un intento de robo con un mal tiro; y coronó la espectacular remontada en la novena entrada con un sencillo.

  “Desde el día uno vinimos a jugar duro”, le dijo Báez a Prensa Asociada. “Y hoy hicimos que su bullpen pagara”.

Además de haber hecho de los playoffs su highlight reel, Báez, con ello, casi se echó al equipo sobre sus hombros, y de sus compañeros solo recibe elogios.

“Nunca se escuchaba nada sobre su defensa”, dijo a ESPN Kris Bryant, Novato del Año y candidato al premio de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional. 

“Solo se hablaba de los jonrones. Ahora es un Guante de Oro en tres posiciones distintas. Se ha dado cuenta de que no tiene que hacer un swing tan fuerte como pueda cada vez que va al plato para pegar un jonrón. He visto una transformación de la noche al día. Ahora lo hace todo”, agregó.

Igualmente se expresó su compañero de locker y de equipo, el relevista  Pedro Strop.

“Está creciendo mentalmente. Es un bateador totalmente diferente. Un jugador totalmente diferente. El año pasado todos vimos que era solamente un swinger. Ahora se le nota que conoce la situación y conoce el juego”, sostuvo Strop al mismo medio.

Con sangre de ganador

Jugar en una ciudad ávida de béisbol y marcada por la infame tradición de más de un siglo sin ganar un cetro de Serie Mundial puede crear presión y estrés adicional sobre los jugadores.

 Ramón Martínez, exjugador y ahora agente de jugadores que jugó con los Cachorros  dos de sus 12 campañas en las Mayores, lo sabe.

“La gente no tiene la idea de lo difícil que es jugar en Chicago. A Javy se le ha hecho relativamente fácil por la habilidad que tiene con el guante. Creo que lo importante ha sido la confianza enorme que le ha dado Maddon (Joe, dirigente)”, dijo Martínez,

Martínez explicó que siempre pesa ser integrante de una franquicia tan adorada y tan sufrida, aunque ha notado que con la promesa de futuro que carga la actual edición el aire se siente más liviano en el norte de la Ciudad de Los Vientos.

 “Allí siempre existe la presión de ganar y de las maldiciones. La gente siempre las saca a relucir. Pero este año estuve allí en la última serie contra San Luis y sentí una atmósfera diferente a otros años. Creo que la ciudad está lista para ganar. Tienen un equipo joven y atrevido que creo que está haciendo todo lo correcto para ganar.