Para Victoria Stambaugh, el camino hacia la medalla de plata en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz no fue fácil.

La atleta tuvo que pasar por varias visitas al quirófano por lastimaduras en el ligamento anterior cruzado y un menisco en una rodilla, pero dicha adversidad no la detuvo a la hora de colocarse como una de las nuevas caras del deporte boricua a nivel internacional en el taekwondo.

Su presea plateada en los 49 kilogramos (kg)  en la justa regional, aparte de ser su primer gran logro en uniforme boricua, también le sirvió para entender que en la vida no hay metas que no se puedan conseguir. Por eso,  reconoce que  dicha gesta le cambió la vida. 

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“Mucho. El año antes tuve tres operaciones en mi rodilla y cuatro en total. Mucha gente me dijo ‘tú no puedes, es mucha presión, haz algo distinto’. Eso fue motivación para regresar. Ganar la plata en los Centroamericanos, después de lo que pasó, valió la pena”, dijo Stambaugh a Primera Hora. 

“Ahora sé que puedo hacer todo lo que quiera en el nombre de Dios. Siempre hay gente que dice que no puedes hacer las cosas. Pero con Dios de mi lado, puedo hacer cualquier cosa que tenga en mi corazón”, agregó con firmeza Stambaugh, de 22 años, y quien estuvo cerca de año y medio fuera de acción por aquellas  lesiones. 

Luego de ese gran triunfo en México, Stambaugh se prepara para volver a representar a Puerto Rico, ahora en los próximos Juegos Panamericanos de Toronto, con altas expectativas de llegar al podio.

Deportista de nacimiento

Stambaugh, nacida en Estados Unidos, pero nieta de una puertorriqueña, comenzó en el taekwondo a los ocho años cuando un tío le habló a su papá para que la llevara junto con sus hermanos a practicar el deporte. 

“Era una niña bien atlética y me gustaban muchos los deportes. Era un atleta natural y todos los deportes se me hacían fáciles”, dijo la residente de Pasadena, Texas,  y quien llegó a practicar en su niñez varias disciplinas como fútbol, baloncesto, voleibol y boxeo. 

Su talento en el taekwondo le abrió paso en Estados Unidos, país con el que llegó a estar en el equipo adulto a los 15 años. No obstante, desde el 2011, Stambaugh decidió cambiar su ciudadanía deportiva y representar a sus raíces puertorriqueñas. 

Al sol de hoy, Estados Unidos sigue interesado en que Stambaugh le represente, pero ella está decidida en quedarse con Puerto Rico. 

“Me encanta la Isla. Estoy muy orgullosa de representarla. Entiendo que Dios quiere que yo represente a Puerto Rico; eso es lo que siento”, señaló. 

Identificada con Puerto Rico

Las raíces de Stambaugh presentan una mezcla muy interesante, pues su abuelo paterno es de Alemania, su mamá es de Texas, su abuela materna es de México y su abuela paterna es boricua. Pero aún con esa combinación, Stambaugh está clara y orgullosa de cuál es su verdadera procedencia. 

“Me considero una boricua. Siempre estoy en la Isla entrenando. Yo tengo familia aquí. Yo no tengo familia en Alemania o en México. Por eso me siento más como boricua”, dijo con una sonrisa. 

Stambaugh tiene un gran deseo por representar a Puerto Rico y darle grandes triunfos al país. Por tal razón, en principio, se sintió un poco mal de no treparse en lo más alto del podio en Veracruz. 

“Yo quería la medalla de oro. Estaba un poco triste, pero me sentí bien orgullosa estar en el podio representado a Puerto Rico. La plata es una motivación para seguir y conseguir el oro en los Panamericanos”, subrayó la estudiante de kinesiología de la Universidad de Houston, y cuya preparación para Toronto va a todo vapor. 

“Mi meta es la medalla de oro”, dijo Stambaugh, quien recientemente participó de la Copa Mundial de Taekwondo y tiene otros torneos y entrenamientos pendientes antes de la cita continental. 

“Me siento fuerte, rápida. Muy bien”, agregó. 

¿Y la rodilla?

“Mejor que nunca. Bien fuerte. Nunca pensé que me iba a sentir como ahora. Soy bendecida”, señaló muy contenta.