Por Benjamín Morales 

Tañón realizó ayer el segundo de sus dos conciertos en Cuba, los que se organizaron tras una promesa hecha por la intérprete boricua en el contexto del concierto “Paz sin fronteras”, organizado por el cantante colombiano Juanes y producido por su esposo Billy Denizard.

En aquel entonces, Tañón no pudo cantar al 100% por problemas con su salud y prometió volver a cantarle sola al pueblo cubano, lo cual cumplió y cómo.

El primer concierto se dio el sábado, 5 de diciembre, en Santiago de Cuba ante más de 300,000 personas. El de La Habana fue igual de apoteósico y el pueblo capitalino cayó ante los pies de la “Mujer de Fuego” al tararear sus éxitos por decenas de miles. 

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En esta ocasión no hubo problemas de voz, de sonido o de lo que sea. Fue una ejecución impecable y los 19 temas cantados por la boricua pusieron a gozar a un público vivaracho y encendido.

El espectáculo inició con el mismo tono solemne que el primero, con el “Aleluya” y una ejecución instrumental de la banda de músicos boricuas y cubanos dirigida por el maestro ganador del Grammy, Joaquín Betancourt, y el puertorriqueño Ángel Hernández.

Después de ahí, todo fue una fiesta interminable. La energía y potencia interpretativa de Tañón se adueñaron de la Tribuna Antiimperialista, un templete ubicado frente a la Embajada de Estados Unidos y paralelo a la legendaria avenida del Malecón, la cual tuvo que ser cerrada para acomodar el enorme gentío que se dio cita al mismo escenario en que se presentó hace unos años la banda boricua Calle 13.

Un “medley” de éxitos del bugaloo cubano se unió a los temas “Vivo la vida”, “Mala” y “Muchacho Malo” para que se empezara a cocinar la fiesta.

Acto seguido Tañón abandonó la tarima principal y se mezcló con la gente en un segundo escenario más íntimo para traer a escena sus éxitos “Así es la vida”, “Dame tu mano” y “Cuando tú no estás”.

El pueblo estaba prendido en candela. Se mezcló el saber boricua de la Tañón con el swing cubano y la Tribuna echaba chispas. La gente cantaba cuando la Olga Tañón romántica hacía sentir su voz y bailaba sin parar cuando la merenguera hacía acto de presencia. “Ya me cansé”, “Cómo olvidar”, “Basta ya”, “Bandolero” y “A celebrar” fueron parte de esa relación de complicidad que la cantante boricua estableció con su audiencia cubana.

Un medley de éxitos de Tañón y el tema “Todo lo que sube” fueron la embocadura al momento cumbre del concierto.

Entraron a escenario el cantante cubano Descemer Bueno y la banda Qva Libre para dar rienda suelta al tema “Tú eres la razón”. La audiencia estalló y la rumba que armaron con Tañón hizo vibrar las calles capitalinas. 

Un medley de clásicos del son cubano fue lo que siguió y el súper éxito “Es mentiroso” selló una jornada llena de gritos y aclamaciones a la intérprete puertorriqueña, quien lo dio todo para cumplir con su compromiso.

“Para mí ha sido un placer compartir con tanta gente buena, con la gente de la calle. Fui a la calle a conocer la gente humilde y estoy enchulá de este pueblo. Ha sido un placer cumplir con este compromiso”, dijo Tañón a la multitud.

A “La Tañón”, como la conocen en Cuba, le otorgaron las llaves de la ciudad de La Habana y los habaneros alejaron cualquier duda de que el amor que sienten por la boricua no es un tema pasajero.

“Aquí la queremos mucho. Soy fiel seguidora de ella desde el concierto Paz sin fronteras, porque ese día nació mi hija y yo la vi en el concierto desde el hospital. 

Mi hija nació con La Tañón y aquí la adoramos por su humildad”, expresó a  El Nuevo Día María  Reyla Frías, una morena habanera que se bailó el concierto de principio a fin.

Fueron dos horas de puro sabor, transmitidas en vivo por televisión cubana con un producción lograda gracias a Al Mashael Group, una empresa del reino de Bahrain que corrió con todos los costos del evento, en el cual Olga Tañón no cobró un centavo. 

Los estimados de gente variaron y ninguno fue oficial. “Sólo puedo decir que aquí había más gente que Calle 13 y por lo menos la misma gente que en Santiago, que creo eran 300,000”, aseguró un oficial que no se identificó.

Póngale que fueron 400,000 o 500,000, al final esa cifra no es lo importante. Lo que ha quedado claro es que a Olga Tañón la adoran en este país, que esa boricua de Levittown cumplió su palabra y que este concierto probó que el poema que dice que “Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas” no es una mera ligereza y sí una gran certeza.