Desde que fue encontrado sin vida en su residencia, en Dorado, el 9 de marzo de 2010, el niño Lorenzo González Cacho se convirtió en protagonista de los principales noticiarios del País, pero también de los programas dedicados a la farándula.

Si este fenómeno es bueno o malo, es una cuestión de opinión, pero lo cierto es que la atención que le han dado el extinto SúperXclusivo (Wapa), su “sucesor” Lo sé todo y Dando candela (Telemundo), ha provocado que el caso siga capturando la atención pública. Asimismo, ha habido continuidad en el flujo de la información relacionada con el asunto, opinó el doctor Mario Roche.

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“El hecho de que estos programas de entretenimiento pongan el foco en casos como el del niño Lorenzo ciertamente hace que estos temas se mantengan en la agenda de discusión. Se trata de casos que tienen un fuerte componente dramático, que despiertan mucho la morbosidad (interés malsano por un tema) del público, pero también el interés genuino en una resolución”, determinó el catedrático de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.

El drama, el suspenso, el misterio y la sensibilidad ante la muerte de un niño son algunos de los factores que Roche identifica como catalizadores del interés de la audiencia que se traduce en rating.

Aparte de los sospechosos, los personajes secundarios en esta sucesión de noticias y comentarios en torno al caso, aún sin resolver, incluyen los nombres de los papás del niño, Ana Cacho y Ahmed Alí González, a los distintos abogados involucrados en el caso, los secretarios de Justicia que han estado en el cargo a partir de entonces y a un sinnúmero de “expertos” que han ofrecido su análisis y opiniones.

Según Roche, esta cobertura implica un seguimiento más detallado que el usual en un noticiario regular, pero también “cierta frivolización”.

“Contrario a lo que ocurre en muchos de los medios que podríamos llamar ‘serios’, algunos de estos programas tienen la oportunidad de darle un mayor seguimiento a la noticia, ya sea por mantener los niveles de audiencia o por un deseo genuino de informar. Cabría preguntarse si estos programas han dado pie a que el sistema de justicia se mantenga firme en la resolución del caso”, detalló el profesor.

Quitándoles espacio a los artistas, a los modelos y a los empresarios, Cacho y sus representantes legales han pasado a convertirse en el plato principal de estas propuestas televisivas. En el espacio que animaba la muñeca “La Comay”, manejada por Antulio “Kobbo” Santarrosa, incluso le hicieron un “altar” al “Niño Lorenzo”, como bautizaron al menor fallecido. Allí colocaban flores y hasta le llevaban, simbólicamente, juguetes, ropa y otros accesorios destinados a rendirle homenaje a su memoria.

“Puede correrse el riesgo de que el caso se frivolice, casi casi se convierta en una ficción televisiva, en la telenovela de las 6:00 de la tarde, y eso podríamos decir que no le hace justicia a la memoria del niño ni al dolor de esa familia. Hay que tener mucho cuidado. Los medios no pueden perder de vista que la materia prima de nuestro trabajo es la gente y con nuestro trabajo podemos dañarle la vida a esta gente si no lo hacemos con responsabilidad. Hay que ponerse en el lugar del otro”, recomendó el doctor Roche.

El pequeño de 8 años fue golpeado con un objeto en la residencia de su madre en la urbanización Dorado del Mar, lo que le causó la muerte.