En medio de cuestionamientos por parte de la defensa a la imparcialidad de la jueza, reanudó la mañana del viernes la vista preliminar contra José Luis Bosch Mulero y Christopher Sánchez Ascencio, imputados por la matanza familiar ocurrida en noviembre pasado.

La jueza Sylvia Díaz Solla, del Tribunal de Bayamón, inició los trabajos en la sala 404 con un recuento del trayecto procesal del caso en respuesta a la "Moción Solicitando Reconsideración sobre el Derecho a Contrainterrogar en Vista Preliminar", presentada por la defensa el viernes pasado.

Esta acción provocó que la licenciada Mayra López Mulero, quien representa Bosch Mulero, argumentara que la jueza realizaba imputaciones a la defensa. También acusó a la togada de haber "prejuzgado esta causa" e indicó que pediría su inhibición del caso.

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Surgió entonces un intenso careo entre la abogada y la jueza, quien insistió en que hacía un recuento objetivo e histórico del caso.

Después del intercambio, los licenciados Orlando Cameron Gordon y López Mulero pidieron a la jueza Díaz Solla una copia en papel del recuento oral que había pronunciado.

La jueza se comprometió en entregarles una copia al tiempo que anunció que la vista continuaría sin dilaciones.

Así las cosas, López Mulero, inició el contrainterrogatorio al único sobreviviente del horrendo crimen.

El menor, de 13 años, declaró bajo el sistema de circuito cerrado, mediante el cual solo se escuchaba su voz en el salón de sesiones, que durante la mañana estuvo repleto de público.

Los imputados, al igual que la togada, seguían su testimonio a través de dos monitores colocados en el estrado y el banco de la defensa.

Ubicado en la oficina de la jueza, el menor respondió las preguntas de la abogada, quien siguió una línea de preguntas que buscaba ubicar a Sánchez Ascencio como la figura prominente del crimen.

Además de dirigir la atención hacia el coimputado, la abogada intentó procurar contradicciones en el testimonio del menor, que habla con un español matizado con un acento de quien domina el inglés.

El adolescente declaró que vio por primera vez a Bosch Mulero la noche en que murieron su papá Miguel Ortiz Díaz, su mamá Carmita Uceda Ciriaco, su hermano Michael Ortiz Uceda y su abuela Clementina Ciriaco López.

A lo largo del contrainterrogatorio de la abogada, el testigo también se mantuvo en que ambos imputados participaron en el crimen.

Pese a que no vio a ninguno disparar porque cerró los ojos y se tapó los oídos, narró que escuchó el sonido de los disparos que cegaron la vida de sus seres queridos.

Apuntó que al abrir los ojos luego de escuchar una detonación, observó a Bosch Mulero apuntando su pistola hacia el cuerpo ensangrentado de su mamá y a Sánchez Ascencio apuntando otra arma hacia el cuerpo ensangrentrado de su abuela.

La vista preliminar continúa en la tarde con el contrainterrogatorio del licenciado Cameron Gordon.

Los fiscales Janet Parra Mercado, Miguel Alameda Ramírez y María del Mar Ortiz Rivera también continuarán con la presentación de su prueba.

En la mañana, la jueza anticipó que trabajará hasta tarde y que la vista terminará hoy.

El dúo encara cuatro cargos de asesinatos, un cargo de tentativa de asesinato, nueve violaciones a la Ley de Armas, dos cargos de secuestro agravado, un cargo de agresión grave, un cargo de destrucción de prueba, un cargo de robo y otro de conspiración.

La matanza de esta familia, según la pesquisa inicial de la Policía, se debió a una disputa por el alquiler atrasado de una residencia propiedad de Ortiz Díaz.