Mayagüez. El caimán está panzón de tanto comer en el caño Majagual.

Un reptil fue visto desde el patio de una residencia en la urbanización Ramírez de Arellano  el 14 de febrero, sin ocasionar otra cosa que un susto a Vanessa Falto, una artista gráfica que logró capturar la imagen del caimán, al que ahora han apodado Caimito.  

Aunque no es la primera vez que Vanessa ve un caimán desde el patio de su casa -que ubica en la calle Agustin Stahl, contigua al caño Majagual- asegura que este   ha creado cierta sensación de inseguridad entre los vecinos, pues piensan que por su tamaño podría representar una amenaza a la comunidad.

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Hace aproximadamente  un año su mamá vio desde el patio de la casa a un caimán pequeño en el caño.  Se desconoce si Caimito es el mismo reptil que ha crecido, o si se trata de uno de tantos otros que han visto. 

En noviembre pasado divisaron a otro caimán  -presumen que es hembra por su tamaño menor-  que estaba atacando a una iguana (o gallina de palo) para comérsela.  

“Sobre la presencia de caimanes en este caño siempre se ha hablado; pero la gente tendía a confundirlos con iguanas. Nosotros sabemos la diferencia y parece ser un caimán de anteojos...”, señaló Falto.

La mujer, que gusta de hacer conteo de aves en esa zona, asegura que el caño se ha convertido en hábitat de unas 40 especies de aves, así como de otras especies como tortugas, iguanas y una variedad de peces que pueden servir de alimento al caimán. 

“Parece que con tanta tilapia se está alimentando bastante. Las aves acuáticas se han mudado de área huyéndole”, acotó. Pero al parecer su dieta no se limita a eso.

“Tenemos dos o tres historias de perros que creemos que se los comió un caimán”, señaló Angel Falto Cruz, padre de Vanessa, quien asegura que hace un tiempo se empezaron a encontrar perros muertos, sin cabeza y sin otras extremidades en el caño. Falto señaló que se trataba de canes que venían a perseguir las iguanas y terminaron misteriosamente desmembrados.

El último caimán que pudieron retratar medía unos seis pies de largo y pesaba entre 250 a 300 libras.

“... nos preocupa que, aunque esta urbanización es de gente muy mayor, aquí viene mucho nieto y perro pequeño”, agregó Vanessa, quien ha llamado al Cuerpo de Vigilantes del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) para reportar la serie de avistamientos por parte de varios vecinos del lugar.

Ante la preocupación, el director del Cuerpo de Vigilantes del DRNA, comandante Ángel Cruz Medina, advirtió a la ciudadanía que si ve uno de estos ejemplares llame inmediatamente a la oficina del Cuerpo de Vigilantes de su área. 

Este dijo que  “en las siete regiones de Puerto Rico yo tengo vigilantes especializados en la captura de caimanes”.

“...Lo importante es localizarlo, dejarlo quieto y llamar a los vigilantes para que lo vayamos a capturar. También pueden llamar a Manejo de Emergencias, que se comunica con el DRNA”, agregó, al asegurar que no es la primera vez que se ha tenido que trabajar casos como estos en la Isla.

Cruz Medina señaló que a menos que una persona no moleste a este reptil, el caimán no atacará. Así es que “no se aventuren a capturarlo”, advirtió. “Dejen ese trabajo al Cuerpo de Vigilantes, porque tenemos el equipo y estamos especializados en bregar con este tipo de especie, introducida en Puerto Rico”, alertó. 

Esta especie se adapta bien a los ecosistemas de charcas y cuerpos de agua dulce y cuando se reproduce sus camadas son de entre 15 a 20 ejemplares.