Los herbáceos se han quemado, los ríos casi no tienen agua y la cascada La Coca prácticamente se ha secado, pero algo beneficioso de la extrema sequía en el bosque pluvial de El Yunque sería un aumento en la reproducción de la cotorra puertorriqueña, ave endémica de la Isla y en peligro de extinción. 

Al menos eso es lo que esperan los científicos, según informó este martes el planificador del bosque para el Servicio Forestal de los Estados Unidos, Pedro Ríos. 

“La cotorra está ahora básicamente terminando la época de reproducción… La esperanza de nosotros es que sea un año bueno de reproducción. Eso está por determinarse la semana que viene”, sostuvo el científico en entrevista con este diario.

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Explicó que a las cotorras, cuyo hábitat de protección principal está en El Yunque, “les gusta más el tiempo seco que la humedad del bosque”, por lo que esperan que, al menos, esta sequía rinda el efecto positivo de mejorar la reproducción. 

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En estos momentos también se le ha hecho más fácil a los científicos ubicar las cotorras puertorriqueñas para el conteo que realizan periódicamente y que se espera culmine la próxima semana. 

No obstante, uno de los aspectos negativos de esta sequía es que han invadido el bosque las mangostas, que suelen alimentarse de las cotorras. 

“Tenemos en el área de las especies que nos invaden la mangosta. En esta temporada de verano hemos encontrado más de lo normal. Si la cotorra baja al suelo, ellas se las comen”, sostuvo. 

Según publicó este martes el Servicio Nacional de Meteorología (SNM), la Sierra de Luquillo, donde se encuentra el bosque lluvioso, es el área más impactada con la deficiencia de precipitación registrada este año. 

“El déficit estimado es de más de 40 pulgadas de lluvia”, detalló el meteorólogo José Álamo, del SNM. 

Álamo contrastó la situación de El Yunque con otras zonas en sequía extrema de la mitad este de la Isla. Dijo que, por ejemplo, San Lorenzo muestra una deficiencia de lluvia de entre 16 a 20 pulgadas. 

“Casi todo el este de Puerto Rico está con un déficit de más de 12 pulgadas”, afirmó el meteorólogo del SNM. 

La Sierra de Luquillo fue catalogada la semana pasada en sequía extrema por el Monitor de Sequía de los Estados Unidos. 

Turistas que acuden a la zona comentan y documentan en fotos que la famosa cascada de La Coca casi no tiene agua y solo se aprecia una gran piedra con humedad. Mientras, residentes de Río Grande tienen racionamiento del servicio de agua potable en periodos de 24 a 48 horas, debido a que el río Espíritu Santo, que nace en el bosque, está prácticamente seco. 

No obstante, en el bosque más visitado por los turistas que arriban a la Isla el efecto generalizado de la sequía ha sido mixto. 

“Va cambiando el bosque en término de su diversidad y composición”, describió Ríos, al señalar que el material vegetativo que se ha quemado “sirve como carbono en el suelo”. Comentó que este periodo más seco da la oportunidad de nacer a otros árboles, como por ejemplo la caoba.

Mientras, todavía está por determinarse, según destacó Ríos, cuál es el efecto que ha tenido la sequía extrema en El Yunque en la población de coquíes, anfibio endémico que también está en peligro de extinción. 

El funcionario federal explicó que el profesor Neftalí Ríos, de la Universidad de Puerto Rico, realiza en la actualidad un estudio al respecto. 

Pero donde más es visible la sequía es en la disminución en el nivel de los ríos. 

El funcionario federal detalló que el río Mameyes, de donde fluye el agua de la cascada La Coca, registra en la actualidad un flujo de siete pies cúbico por segundo o 4.5 millones de galones por día. Lo normal es que se registren 28 millones de galones diarios. 

Mientras, en el río Icacos se registra un flujo de 1.6 millones de galones por día, cuando el promedio es de 9 millones de galones por día. 

Un ave que busca renacer