Las teorías sobre qué pudo haber pasado para que  un pequeño de año y medio arrojara positivo a cannabis son varias, pero según expertos consultados por Primera Hora, lo más probable es que el niño lo ingirió directamente. 

Las posibilidades de que haya sido a través de lecha materna o humo de segunda mano, otras de las teorías que han  sido mencionadas, fueron prácticamente descartadas por los pediatras. 

“La realidad es que la exposición pasiva raramente se detecta en los exámenes de orina”, expresó a este medio el pediatra Juster Torres, quien trabaja en la sala de emergencia de un hospital en Manatí.  

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Para que un niño de esa edad salga positivo a cannabis a través de un examen toxicológico, probablemente tuvo que haberla ingerido directamente por boca,  ya sea de forma accidental,  por falta de supervisión o a través de algún alimento que tuviera dicho ingrediente y que  estuviera al alcance del niño. En la literatura también hay casos intencionales, señaló la pediatra Maritza Salcedo.

Según la información suministrada por los padres del menor, estos alegaron que el niño estaba jugando con una cajetilla de cigarrillos -  la cual no se dijo a quién pertenecía- cuando presuntamente ingirió la droga. La preocupación de los progenitores surgió luego que el niño pasara 11 horas consecutivas durmiendo. 

 Los médicos coincidieron en que  en estos casos, clínicamente procede atender los síntomas que presente el menor, entre los cuales pueden estar: temperatura alta, hipotermia, taquicardia, presión baja y visión borrosa. “Eso puede ocurrir desde 20 minutos hasta cinco horas después, aunque la prueba puede dar positivo  hasta cuatro semanas después de la exposición”, dijo Torres.     

Hay casos extremos en los que el niño puede caer en estado de coma. Mientras, en casos de exposición a largo plazo pueden producirse unos daños irreversibles en el menor.

Salcedo, quien trabaja en el Centro Biosicosocial del Centro Médico,  expresó que no es común ver casos de intoxicaciones en infantes, aunque sí en adolescentes. “Es un problema  grave que estamos enfrentando. Hay muchos accesos para adolescentes que la utilizan a diario”, apuntó al advertir que hay casos en los que la droga resulta ser el arma que usan  los adolescentes  para facilitar  que una de las partes acceda a una relación sexual.