Son muchas las batallas que figuran en las páginas de “A Song of Ice and Fire” –saga literaria del autor George R. R. Martin en la que se basa “Game of Thrones”-, pero la gran mayoría son recuentos históricos o testimonios de personajes que pelearon en ellas. Hay incluso conflictos bélicos que se resuelven fuera de la página, dejando los lectores como testigos únicamente de los estragos. Martin desarrolla su trama de intriga a través de movimientos políticos precisos y calculados sobre el tablero de ajedrez que es Westeros, pero eso sí: cuando una batalla verdaderamente lo amerita, el autor se encarga de describir sus cruentos hechos con lujo de detalles.

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Así fue con la Batalla del Blackwater que vimos adaptada en la segunda temporada de la serie de televisión y así volvió a ser anoche en el episodio titulado “The Watchers on the Wall”, en el que las menguantes fuerzas del Night’s Watch cumplieron con su deber y defendieron la imponente pared de hielo del embate del monumental ejército de wildlings dirigido por Mance Ryder. El vínculo entre ambos combates lo es el director Neil Marshall, quien una vez más se encargó de engrandecer la pantalla del televisor a tal escala que esta no tiene mucho que envidiarle a su hermana mayor en el cine.  

Al igual que “Blackwater”, el capítulo se concentró plenamente en el ataque, resultando en poco menos de una hora llena de acción, algo que no es la norma en este programa donde los personajes suelen hacer mayor daño con las palabras que con sus espadas. Marshall demostró un excelente sentido de orientación, colocando al espectador en medio de la batalla a través de tremendos planos secuenciales que permitían apreciar el flujo de la acción y exponiendo la geografía del territorio de combate -dividido entre Castle Black y la cima del Wall- mediante ambiciosos tiros panorámicos que resaltaban la magnitud del conflicto.


El episodio arrancó con la calma antes de la tormenta, presentando a los miembros del Night’s Watch en su preparación para el inminente -y largamente anticipado- ataque que hemos estado esperando desde la pasada temporada. Esta prolongación tuvo como efecto adverso que el gran momento emocional careciera del impacto necesario, pero más acerca de esto más adelante. Los primeros minutos de “The Watchers on the Wall” se concentraron en el puñado de personajes que estaríamos siguiendo por el resto del episodio, particularmente “Jon Snow” y “Samwell Tarly”, quienes aprovecharon el breve respiro para conversar acerca de sus votos –que les prohíben casarse y tener hijos- y cómo estos están abiertos a interpretación.

Las contemplaciones existenciales ante la cercanía de la muerte continuaron en una escena entre “Sam” y “Maester Aemon”, el sabio anciano que guarda un océano de anécdotas y experiencias como miembro de la casa Targaryen. Aquellos interesados en conocer un poco más acerca de este interesante personaje, los invito a buscar los cuentos de “Dunk and Egg” escritos por el propio Martin en varios compendios de historias de fantasía. Hasta ahora se han publicado tres y el autor ha dicho que publicará más, ofreciendo un vistazo a la realidad de Westeros cuando todavía era gobernada por los Targaryen, unos ochenta años antes del comienzo de “Game of Thrones”.

Acto seguido pasamos al punto de vista del enemigo, con los wildlings aguardando por la señal de “Mance” para atacar Castle Black del lado sur del Wall. Fue aquí donde los guionistas David Benioff y D.B. Weiss trataron de recordarnos la estrecha unión que alguna vez hubo entre “Jon” e “Ygritte” y por qué esta lo resiente tanto tras la traición, pero fue muy poco y muy tarde. “Ygritte” quedó marginada durante esta temporada y con ella el romance con “Jon”. Al verlo desde la prejuiciada perspectiva de un lector de las novelas, la serie no ha hecho muy buen trabajo en la adaptación de este hilo narrativo, concentrándose más en lo que ocurre con “Daenerys” y en “King’s Landing”, y desfavoreciendo los acontecimientos en el Wall, falla que ha sido recurrente desde el inicio del programa.


En el caso particular de “Ygritte”, su personaje extendió su estadía en la serie a raíz de la decisión de los creadores de combinar dos batallas que en los libros se desatan por separado en el Wall: una del lado sur y otra del lado norte. “Ygritte” se suponía que muriera en la primera, a pocos días de que “Jon Snow” llegase malherido hasta Castle Black por la flecha que ella le lanzó. Al diluir tanto la llegada de este momento culminante en la serie, la caída de la wildling pasó sin pena ni gloria, contrario a la mayoría de las muertes en “Game of Thrones” que suelen ser bastante memorables, particularmente en las reacciones que provocan entre los televidentes. Anoche apenas alcancé a leer un solo comentario en las redes sociales lamentando la salida de “Ygritte”. Eso lo dice todo.  

Reserva aparte, el episodio se esmeró en términos de acción y efectos especiales. La batalla en el Wall lució épica, con la pared de hielo asaltada por gigantes montados en mamuts que esquivaban la lluvia de flechas encendidas que caían del tope del Wall, mientras 700 pies más abajo, en el lado sur, los guerreros del Night’s Watch peleaban cuerpo a cuerpo con los wildlings invasores. La pelea entre “Jon” y “Styr”, en especial, fue uno de los mejores momentos de la sangrienta contienda. Fueron varios los caídos, entre ellos “Grenn” y “Pyp”, dos de los fieles compañeros de “Jon” que lo acompañaron desde el principio. Cabe señalar que ninguno de los dos fallece en los libros, pero en vista del pobre desarrollo que tuvieron en la serie, ambos eran desechables, sirviendo de reemplazos a los que mueren en el texto.


“The Watchers on the Wall” concluyó con el Night’s Watch sobreviviendo una noche de combate, pero “Jon” sabe que las decenas de guerreros no podrá aguantar por mucho tiempo las abrumadoras fuerzas de “Mance Ryder”, por lo que cruza el túnel para enfrentarlo cara a cara. Me sorprendió que el episodio terminara ahí, pensando que concluirían anoche mismo el conflicto en el Wall. Sin embargo, posponerlo al décimo y último capítulo tiene lógica, aunque todavía queda bastante por resolver en las otras narrativas. Solo espero que no se sienta apresurado. Si hay un episodio de esta temporada que necesita el espacio requerido para presentar dignamente lo que viene, lo es ese. En verdad no puedo esperar por ver la reacción de los televidentes si acaban la temporada donde pienso que lo harán. Será el “cliffhanger” del año.