En un nuevo intento por alargarle la vida útil al embalse Carraízo, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) inició la tercera fase del plan de racionamiento que dejará a los abonados que se suplen de este lago con agua solo dos días a la semana. 

El continuo y desmedido descenso que sigue presentando el embalse, a pesar de las medidas de ahorro que se han impuesto, ha llevado a la dirección de la corporación pública a imponer esta tercera fase. 

Carraízo amaneció ayer con un nivel de 33.60 metros, presentando una  reducción de 19 centímetros, una de las  más dramáticas   que ha sufrido el embalse desde que comenzó el periodo de extrema sequía en la Isla, lo que se  atribuye -en parte- a que las personas recargaron los suministros en sus hogares.

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Los clientes de lo que se ha denominado como la Zona A recibirán el líquido los martes y sábados.  Para estos, el nuevo plan técnicamente inició ayer cuando se les cortó el servicio al mediodía y no se lo restablecen hasta el sábado. 

Mientras, la Zona B tendrá agua los domingos y miércoles, según estipulado en el plan presentado por la AAA el pasado domingo. 

Contrario a las primeras dos fases del plan en donde la apertura y cierre del sistema se hacía a las 12:00 del mediodía,  en esta ocasión ese proceso ocurrirá a las 9:00 a.m., explicó a Primera Hora Roberto Martínez Toledo, jefe del Área Metro de la AAA.

El funcionario señaló que uno de los propósitos de iniciar el proceso de corte y reinstalación del servicio más temprano es lograr que áreas más lejanas reciban el servicio dentro de un período de tiempo considerable.

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“Es para que les llegue más temprano. Hemos registrado hasta ocho horas de retraso en los sectores más altos. Es un 3% de los sectores los  que se afectan, principalmente en el área de Cupey”, detalló.

Quizás una de las preguntas que más se hagan en estos momentos los abonados de Carraízo es: ¿y después qué?

Si la falta de precipitación sigue hasta octubre, como han estipulado algunos modelos meteorológicos gracias a la presencia del fenómeno El Niño, y  si el nuevo plan  no tiene los resultados programados, ¿cuál será el nuevo paso que tomará la AAA para asegurar el servicio a los más de 160,000 abonados?

Martínez Toledo explicó que luego de esta tercera fase hay otras dos que podrían implementarse de ser necesario. “Si esto continuara por dos o tres semanas y no cayera ni una sola gota de agua y las escorrentías se mantuvieran como están al momento,  tendríamos que entrar a  un día con agua y cuatro sin servicio”, abundó. 

“Eso extiende la vida del lago por un período que pudiera llevarnos hasta la tercera o cuarta semana de octubre”, añadió Martínez Toledo. 

Sin embargo, si a esa fecha el panorama meteorológico se mantiene igual de seco y los niveles siguen  bajando, entonces tendrían que plantearse la posibilidad de cinco días corridos sin agua, tal y como ocurrió durante la sequía del 1994. “Ese sería el peor de los casos, pero de acuerdo a los meteorólogos,  dentro de dos a tres semanas debe haber un proceso de normalización”, apuntó. 

Cada medida va dirigida a no tener que sacar de operaciones el embalse, dijo el funcionario. De hecho, con la fase de cinco días sin servicio se le estaría extrayendo a Carraízo la misma cantidad de agua que le entra a través de escorrentías, que son unos 20 millones de galones de agua diarios. 

“No debería llegar a fuera de operación. Estaríamos hablando de un racionamiento técnico que lo que entra es igual a lo que sale y el embalse se queda en un nivel  estable”, detalló.

Siguen bajando

Martínez Toledo le atribuyó el dramático descenso que presentó Carraízo a varios factores, entre ellos a que usualmente es durante el segundo día sin servicio cuando se registra la mayor baja. 

“Hemos tenido que producir más agua”, reconoció el funcionario. Esto lo hacen para evitar que las zonas altas no dejen de recibir el líquido. 

Ocurre también lo que se conoce como el “efecto cono”.

“El volumen de agua es menor y podría registrarse algún centímetro adicional”, dijo el funcionario de la AAA. 

Explicó que el embalse  no es un rectángulo con paredes  verticales, sino que  según va descendiendo sus niveles es un cono en donde cada vez se hace más pequeño el volumen del agua disponible.

El embalse La Plata también sigue presentando bajas en sus niveles. Diariamente, indicó Martínez Toledo, se evalúa su condición y  próximos pasos a seguir. 

Tal y como ocurre con Carraízo, las próximas semanas son esenciales para determinar cuándo sería necesario ampliar el período sin servicio que se mantiene en dos días. Ayer, el nivel de La Plata estaba en los 35.35 metros.

Todos los embalses amanecieron ayer con bajas en sus niveles, siendo la de Carraízo la más dramática, seguido por el  embalse de Fajardo, que se redujo en 11 centímetros.   

“El llamado a la ciudadanía es que  estamos en una situación crítica, cada vez más seria. Los embalses  siguen descendiendo, por lo que hay que consumir estrictamente lo necesario”, sostuvo. 

“Todos tenemos que poner de nuestra parte, independientemente tengamos cisternas o no porque  prolongamos la vida a nuestros lagos hasta que pueda llegar el tiempo de lluvia que necesitamos”, insistió.

Sigue haciendo estrago

El Departamento de Agricultura federal  (USDA) amplió   a 13  los municipios que abarcan la zona primaria de desastre por la sequía severa que sufre Puerto Rico. 

El USDA incluye como zona primaria de desastre a los municipios de Arroyo, Canóvanas, Carolina, Cayey, Cidra, Fajardo, Las Piedras, Luquillo, Maunabo, Patillas, Río Grande, Trujillo Alto y Yabucoa. A estos se incluyen como zonas de desastres contiguas a  Aguas Buenas, Aibonito, Barranquitas, Caguas, Ceiba, Comerío, Guayama, Gurabo, Humacao, Juncos, Loíza, Naguabo, Salinas, San Juan y San Lorenzo.

La designación permite que los agricultores que operan en estas zonas sean considerados para recibir ayuda de la “Farm Service Agency” (FSA), siempre que cumplan con los requisitos de elegibilidad. 

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