La tenista puertorriqueña Mónica Puig confesó haber sufrido depresión tras ganar la medalla de oro femenina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, torneo en el que se impuso contra pronóstico.

 "Claramente, he tenido dificultadas por los pasados tres años, lidiando con toda la presión y expectativa que vino con ganar la medalla de oro en las Olimpiadas de 2016. Probablemente, han sido los tres años más difíciles que enfrentando en toda mi vida", señala Puig este miércoles en su cuenta de la red social de Instagram.

 La tenista puertorriqueña dijo que "hay un trauma después de ganar algo tan grande que te da una 'cachetada' y te empuja al suelo", en las declaraciones que "cuelga" en Instagram concedidas al portal especializado en el mundo de la raqueta "behindtheracket.com".

 "Tuve a un país entero mirándome, que fue grandioso, pero no vieron el lado oscuro. Vi que la depresión fue inevitable cuando se me hizo difícil salir de la cama. En un punto, estás en el tope del mundo y, de repente, termina todo y no sabes qué sucedió. Fue como un latigazo", señaló la campeona olímpica.

 "De repente termina y simplemente no sabes lo que acaba de pasar. No pude encontrar formas de motivarme para jugar. Simplemente no sabía qué hacer conmigo mismo", indicó la tenista.

 Confesó que hubo muchas ocasiones en que todo lo que quería hacer era llorar todos los días en la cama.

 "Me ha llevado hasta este momento, octubre de 2019, volver a poner los pies en el suelo y encontrarme de nuevo en el camino correcto", dijo sobre su situación.

 Puig sostuvo que tampoco ayudaron las redes sociales, cargadas en algunos casos de la negatividad de quienes esperaban sus derrotas, razón por la que tuvo que confiar en su familia y equipo.

 La puertorriqueña sostuvo que alguna vez llegó a pensar que era la única persona que estaba pasando por una situación parecida, pero que se sorprendió al saber que otros deportistas olímpicos sufrieron lo mismo.

 "Muchas personas se avergüenzan por tener ansiedad, depresión o cualquier otra cosa. Simplemente poner las cosas un poco más en perspectiva al saber que hay otras personas que están pasando por las mismas dificultades ayuda a superarlo", indicó.

 "Empecé a disfrutar el tenis un poco más en estas últimas cinco semanas. Disfruté trabajando duro y no ha sido solo horas de reloj, sino que realmente quiero estar ahí afuera. Las prácticas de dos horas y media parecían sesiones de 15 minutos y solo quería estar allí y más y más", destacó sobre su renovado entusiasmo.

 Puig, ahora bajo la supervisión de su nuevo entrenador, el belga Philippe DeHaes, bajó en esta última temporada hasta el puesto 81 de la clasificación de la WTA.

 La tenista cambió en los últimos años en cuatro ocasiones de entrenador, por vez última al dejar de colaborar el pasado agosto con Kamau Murray una semana antes del inicio del Abierto de Estados Unidos.