Juana Díaz. Al carretón de Jerry Morel le llaman el “Guavate de Juana Díaz” por la sabrosura de su carne de cerdo asada y otras delicias culinarias borincanas que a diario conquistan los paladares por su semejanza a la oferta gastronómica del popular sector en cayeyano.

Allí la gente se aglomera desde las 7:00 a.m. para comer lechón con pan, o degustar el arroz con gandules recién hecho, con viandas, morcilla o lo que aparezca en la llamativa vitrina.

La Lechonera El Carretón abrió sus puertas hace unos 27 años, en una plataforma que ha crecido debido a la demanda, de acuerdo con su propietario, Gerardo Morell Figueroa, oriundo del barrio Cayabo, sector Guayo, en Juana Díaz.

Los propietarios Jerry Morell junto a su esposa, Lismarie; Yaritza Morell, su hija; Miguel Vargas e Izuanette Rivera, empleados de la Lechonera El Carretón, en la carretera PR-1, barrio Pastillo en Juana Díaz.
Los propietarios Jerry Morell junto a su esposa, Lismarie; Yaritza Morell, su hija; Miguel Vargas e Izuanette Rivera, empleados de la Lechonera El Carretón, en la carretera PR-1, barrio Pastillo en Juana Díaz. (Isabel Ferré Sadurní)

“Yo empecé con equipo pesado, me dediqué al trabajo de máquinas. Después me metí en los negocios y me gustó. Llevo aquí 27 años con la lechonera, que la empecé en un lugar más pequeño. Ahora tengo este (carretón) grande que mide 58 pies de largo”, relató el hombre de 54 años.

“El que viene a Juana Díaz tiene que pasar por aquí y si está buscando lechón asado llega aquí. Siempre está lleno”, admitió el comerciante sobre el negocio ubicado en la carretera PR-1.

El juanadino destacó que no le molestan las comparaciones que hacen algunos visitantes, que tildan al negocio como el “Guavate de Juana Díaz”.

“Me siento bien porque creo que estamos haciéndolo bien, el cerdo y todas las comidas. Ha venido gente de Estados Unidos y de la isla completa llegan aquí. Todo es hecho aquí, en el mismo negocio. Los lechones se asan aquí mismo, la clientela es bastante fuerte”, manifestó.

Según Gerardo, “la operación empieza a las 7:00 de la mañana. Viene todo tipo de persona, sobre todo, los camioneros y, estamos aquí hasta las 6:00 de la tarde. Siempre ves esto lleno porque a la gente le gusta el estilo de nosotros, que es diferente a los demás”.

“El lechón asado, que es la base principal, estoy comprándolo. Se bregan aquí, se limpian y los asamos. Ese proceso es a diario, uno compra una cantidad, lo lleva aquí al lado, los adoba y empiezas a asar de martes a domingo. Me gusta el trabajo”, confesó.

Igualmente, mencionó que “para darle ese toque que tanto gusta condimentamos el cerdo con sal, poca pimienta y nada más. Empezamos a asarlos a las 3:30 de la madrugada. Estamos hablando de cuatro a cinco horas (para asarlo); depende del tamaño del cerdo. Siempre hacemos una cantidad justa hasta que se terminen”.

“Antes de las 7:30 ya están listos y, la gente viene a desayunar lechón con pan, costillas con pan o con la viandita. A esa hora tenemos el arroz con gandules y vianda”, acotó.

Mientras se espera en fila, de la vitrina sobresale el olor a pollo asado, “costillitas asadas a la BBQ, riquísimas; pavo asado al estilo pavochón, arroz con gandules, arroz blanco, habichuelas guisadas, cuajito, gandinga y toda clase de viandas”.

La operación genera al menos una decena de empleos a tiempo completo y casi todos son prácticamente familiares.

“Los empleados son responsables, siempre están pendientes al negocio. Esa vitrina no se puede vaciar. Seguimos produciendo. No se asa todo de golpe, salen por horas para que siempre se mantengan calientes”, reveló al mencionar que, también cuentan con postres como dulce de papaya, arroz con dulce y flanes.

Del carretón sale una inmensa carpa que cubre las mesas que acomodan a casi un centenar de comensales. Asimismo, Morell brinda espacio a exponentes de la música típica y de trío, los cuales presentan “música en vivo en fines de semana alternos”.

Más información en Lechonera el carretón en Facebook o llamando al 787-432-6780.