Miami. El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, regresó el martes por la noche a la casa donde se hospeda en Orlando, en Florida, después de que, según fuentes familiares, estuviera hospitalizado por un dolor abdominal producto de las secuelas del atentado con arma blanca que sufrió en 2018.

El AdventHealth Celebration Hospital nunca confirmó que estuviera ingresado allí, ni tampoco informó de que hubiera recibido el alta.

Su esposa Michelle fue quien informó de que había sido hospitalizado el lunes por un “malestar abdominal” y en las redes se publicó una fotografía en la que se ve a Bolsonaro vestido con una bata y pantalones calle y recostado en una cama hospitalaria.

Después de dos días de guardia en el hospital y en la casa del luchador de artes marciales mixtas José Aldo a las afueras de Orlando, los fotógrafos y camarógrafos pudieron captar imágenes de Bolsonaro llegando a la residencia anoche.

El expresidente, que dejó Brasil todavía estando en el cargo dos días antes de la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva, bajó por su propio pie del vehículo en el que llegó.

Bolsonaro estaba en Orlando cuando el pasado domingo manifestantes “bolsonaristas”, que no aceptan la derrota de su líder en las elecciones de octubre pasado, invadieron las sedes de los tres poderes estatales en Brasilia con el fin de acabar con el Gobierno de Lula.

“Las manifestaciones pacíficas, dentro de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y las invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”, manifestó el exmandatario en sus redes sociales el mismo domingo.

El capitán retirado del Ejército, que dejó el poder el pasado 1 de enero, repudió en su mensaje “las acusaciones, sin pruebas” vertidas por el actual jefe de Estado, quien afirmó que su predecesor “estimuló” los actos golpistas de sus partidarios más radicales.