Billy Graham, fallecido ayer y considerado por muchos como la figura religiosa más influyente en Estados Unidos por varias décadas, predicó desde la Isla hace casi 23 años como parte de una atípico evento evangélico que fue reseñado a nivel internacional y al que asistieron decenas de miles de personas.

Era la tercera visita de Graham a la isla, la primera en enero de 1958, y luego en 1967, pero un gran despliegue tecnológico sin precedentes para la época marcaría una diferencia respecto a los mensajes previos en Puerto Rico de esta figura conocida como Pastor de América y Pastor de los Presidentes, y cuyo fallecimiento ayer a los 99 años llegó a ser el primer tema de tendencias a nivel mundial en la red social Twitter.

Reportes de la época de El Nuevo Día arrojan numerosos detalles sobre las predicaciones de Graham que se celebraron entre el 14 al 18 de marzo de 1995 desde dos de las entonces principales arena deportiva del país, el estadio Hiram Bithorn, y en tres de esos cinco días el evento fue transmitido via satélite a entre 170 a 185 países alrededor del mundo. Puerto Rico era la sede de la quinta edición de la Cruzada de Misión Global de Graham, la mas abarcadora de todas las realizadas hasta ese momento. La primera se celebró en Inglaterra, la segunda en Hong Kong, la tercera en Argentina y la cuarta en Alemania.

Para esa presentación en Puerto Rico de Graham, quien dio asesoría espiritual a todos los presidentes de Estados Unidos por medio siglo, se utilizarían en el Bithorn 160 cámaras Beta Cam D2, lo que superaría a las transmisiones de las Olimpiadas y de la Copa Mundial de Fútbol en ese tiempo. Asimismo, el aledaño Coliseo Roberto Clemente, se instaló un centro de controles con 25 cabinas con capacidad para editar en cuatro idiomas a la vez; 48 cabinas de traducción con sus respectivos traductores y su suplente; un control de television móvil con 61 monitores; y ocho cámaras de television.

Como la capacidad del Bithorn ronda los 17,000, se colocaran unas 10,000 sillas sobre el terreno de juego, hasta llegar al límite de la segunda base., donde se haría la predicación, y habría pantallas de 40 pies para que los asistentes vieran el evento.

"La predicación de Billy Graham desde el Bithorn sera el evento religioso evangelístico mas grande y abarcador en la historia del Cristianismo. Que se haya escogido a Puerto Rico es una bendición que Dios nos ha dado", manifestó entonces el reverendo doctor José D. Camacho, presidente del comité ejecutivo de la Cruzada para Puerto Rico, que usaba el nombre "Puerto Rico al encuentro con Dios". 

Previo a su visita a la isla, Graham recibió elogios incluso de figuras no evangélicas como el cardenal Luis Aponte Martínez.  "He oído que es un predicador muy serio y ecuménico. Es amigo del Santo Padre Juan Pablo II, y por años ha hablado para los hermanos evangélicos... Lo considero una persona de buena voluntad que trae un mensaje positivo a la Isla. Una palabra de mensaje positivo a nuestro pueblo siempre ayuda", añadió.

A su llegada a la isla, Graham fue cauteloso con temas políticos cuando fue abordado por la prensa local, dijo que no venía a ofrecer soluciones sino a ofrecer la esperanza que viene de Dios y agradeció el enorme apoyo que recibió su cruzada, en el que unas 2,500 iglesias colaboraron.

"Puerto Rico parece ser un paraíso con cielo azul, sus blancas playas y sus ondulantes palmeras, pero es realmente una isla con necesidades que reflejan un microcosmo de los problemas mundiales que van en aumento", dijo el predicador da la prensa. 

Luego dio una conferencia a líderes religiosos locales, donde los exhortó a no usar palabras altisonantes y que dejaran las citas de grandes libros para los universitarios, que no pensaran en grandes cultos -les comentó que él comenzó a predicar en una calle en Florida- sino en llevar el mensaje de Dios a sus vecinos. y las comunidades.

Finalmente llegaron los días de las predicaciones a Puerto Rico y el mundo, que fue reseñado por medios informativos de proyección internacional como el Washington Post, el New York Times, CNN, y The Independent, de Londres. Allí, ese 14 de marzo de 1995, estaban figuras religiosos locales como Yiye Ávila y Wilfredo Estrada, el alcalde de San Juan, Héctor Luis Acevedo, y el gobernador Pedro Rosselló. 

"Este es el momento para abrir el corazón al inmenso amor de Dios para recibir sus bendiciones", dijo Rosselló, quien además leyó un pasaje del libro bíblico de Proverbios. "Puerto Rico se convierte en una ventana de esperanza al mundo", afirmó el alcalde Acevedo.

En ese primer mensaje de Graham, con un coro a sus espaldas de 2,500 puertorriqueños de diferentes iglesias que entonaron cánticos antes del mensaje, el llamado pastor de América hizo galas de ese hablar sencillo al que exhortaba a otros religiosos días antes.

"No les ofrezco un Dios muerto. Les ofrezco un Dios vivo", manifestó provocando fuertes aplausos y gritos de alabanza por parte de los presentes, una audiencia que solo ese primer día se estimó en 23,000 personas. "No los invito a pertenecer a una iglesia en particular. Los invito a aceptar a Cristo", aclaro Graham.

De hecho, un video de YouTube de uno de los mensajes demostraba como Graham lograba hilvanar un mensaje de cerca de una hora usando sólo versículo,  Juan 3:16: "Porque de tal manera amo Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él crea no se pierda mas tenga vida eterna".

Así transcurrieron los días de la cruzada de Graham, que incluyó enormes congestiones vehiculares que se desarrollaron en el expreso Las Américas. Los peores ataponamientos de tránsito ocurrieron ayer y el viernes cuando se intensificó la participación de los protestantes que terminaron estacionándose en los islotes de la via, ante el cierre por parte de la Policía de la entrada a la avenida Roosevelt, que da acceso al estadio.

Para su último mensaje, desde un púlpito rodeado por flores color rosa intenso, bajo un hermoso atardecer y ante miles de creyentes evangélicos, Graham hizo ayer un llamado a la "transformación del alma" que da Cristo.

"Necesitamos volver a nacer", repitió en múltiples ocasiones Graham durante su mensaje que se extendió por unos 45 minutos. "Hay que morir a la vida espiritual y volver a nacer", agregó.

Tras cuatro días de Cruzada por la que el conocido evangelista logró movilizar hasta 175,000 protestantes para oir sus mensajes cristianos, según se indicó, para el último día se congregaron en el Estadio Hiram Bithorn 45,000 cristianos entusiastas para el servicio de clausura. Los 45,000 es una cifra alta, pero menor que la que supuestamente se dio el sábado, cuando la asistencia fue estimada en 55,0000 esa noche, pero Graham lo que mencionó al enumerar los logros de la campaña no fue la asistencia, sino que 3,149 "en su mayoría jóvenes en Puerto Rico le han dado la entrada a Cristo en sus vidas", según la reseña de la época.


Parte de la multitud que se congregó en el Bithorn esos días. (Archivo)