El boxeador Terrel Williams, quien venció el pasado sábado al boricua Prichard Colón y cuyos golpes le provacaron un sangrado cerebral que le mantiene en estado de coma inducido en un hospital en Virginia, se mantiene aún sin poder celebrar su victoria por el dolor que siente del resultado médico que vive su derrotado rival.

“Mi corazón se detuvo y mi estómago se apretó. Estoy orando múltiples veces del día  porque él pueda lograr una recuperación completa. No puedo disfrutar esta victoria. Estoy preocupado por Prichard”, dijo Williams al diario The Los Angeles Times.

A los minutos de cerrar la pelea, la cual se detuvo vía descalificación porque el entrenador de Colón le retiró los guantes pensando que el combate había terminado un asalto antes de que la reyerta fuera a su pauta de 10 rounds, el boricua se sintió mal y comenzó a vomitar en el camerino teniendo que ser llevado de emergencia al hospital, donde fue sometido inmediatamente a una operación para intentar detener el sangrado cerebral. Allí también fue inducido a una coma para ayudarle a esperar que su cerebro desinflame y evitar el dolor y otras consecuencias.

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Williams, quien en el combate conquistó su victoria 15 en igual número de peleas y quien ha logrado 12 de ellas por la vía del nocaut, admiró el corazón guerrero que enfrentó en Colón.

“El hombre es como un espejo de mí. Fue certero, fuerte y rápido”, dijo Williams. “Sé que era un gran peleador, un futuro campeón mundial. No vi debilidades en él. Me dije a mí mismo que esta pelea iba a ser difícil y sabía que si iba a salir airoso iba a tener que soportar castigo para ganarla. Iba a tener que ser fuerte y mantenerme estricto al plan de pelea para ganar”.

Pero el plan recibió alteraciones porque en el quinto asalto Colón le conectó un golpe bajo que le costó dos puntos, y la pelea luego se hizo más una guerra en la que él incluso atacó al boricua dos veces por la parte posterior de la cabeza perdiendo en un momento un punto.

Williams le dijo al LA Times que él no recuerda qué le dijo el árbitro cuando le restó un punto.

“Cuando uno está peleando todo es diferente. Tus emociones y la adrenalina está en un alto nivel, así que muchas de las cosas que se ven desde afuera del ring uno no las recuerda. Nosotros estuvimos en una pelea, en una dura pelea, y yo solo quería ganarla”, dijo Williams al LA Times.

“Nunca tuve un plan táctico de hacer cosas sucias… él tampoco tenía que hacerlas, sé que él no hizo nada malicioso. Pero cuando uno está en el fuego del momento, peleando, está boxeando, lanzando golpes y algunos de ellos llegan a lugares donde no se debe”.

Williams abundó que no tuvo intención de hacerle daño a su rival.

“Desde mi parte, puedo asegurar que no hice nada maliciosamente, del mismo modo que él no hizo ningún intento para causarme daño permanente. Solo tengo respeto por ese peleador”, agregó Williams.

El vencedor del combate dijo que por respeto a la situación de Colón y su familia no se acercó al hospital por consejo de sus promotores. Agregó que cuando la pelea fue detenida se acercó a Colón y le dijo “eres un verdadero campeón. Mantén tu cara en alto. No dejes que esta derrota te altere tu camino. Vas a levantarte de esta”.

Mientras, en cuanto a la condición de Colón, lo último comunicado es que el peleador ha dado signos positivos a varias pruebas neurológicas  que le han realizado.

“Prichard movió sus piernas y brazos. En prueba donde el doctor le apretó el pecho, Prichard amago para mover la mano del médico”, escribió el mantenedor de la página del púgil en Facebook, Prichard Colón Página Oficial, único medio que están utilizando los familiares y manejadores del orocoveño para dar detalles del estado de su salud.

“!Sigan orando! ¡Están llegando sus buenas intenciones!”, agregaron en el post.