Río de Janeiro. Llegó la hora de la coronación. Un nuevo campeón levantará mañana, domingo, el codiciado trofeo de la Copa Mundial, después de que Alemania y Argentina se enfrenten en el Maracaná en una batalla que se espera sea de proporciones épicas.

Los dos llegan sedientos. Argentina busca su tercer campeonato y el primero en 28 años, mientras que Alemania no se viste de gloria hace 24 lustros. Ahora añadirán un capítulo más al drama que los ha llevado a encontrarse dos veces en el mismo punto. Argentina se impuso en 1986 y Alemania en 1990.

En lo alto del legendario estadio ya cuelgan las banderas para la cita historica, pautada para las 3:00 de la tarde (hora de Puerto Rico), cuando chocarán dos equipos que vienen con desempeños completamente diferentes durante el mes que ha durado este torneo.

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Por un lado, Alemania llega inmensa, crecida, no sólo por la enorme goleada de 7-1 que le propinó a la selección de Brasil en su propia casa en la semifinal, sino por la confianza de la consistencia demostrada durante toda la Copa.

Los europeos se presentan con el argumento de contar con un total de 17 goles, frente a los siete  con los que Argentina ha logrado sobrevivir.

Por otro lado, los sudamericanos no permitieron ningún gol en las rondas de eliminación y solamente 3 en lo que va de la Copa.

Los germanos no han estado muy lejos, permitiendo solo cuatro goles a sus rivales, pero quizás unos de los números que mejor ayudan a explicar su dominio de juego en conjunto es que durante todo el torneo han mantenido una amplia ventaja en la cantidad de pases completados, cifra que ahora ronda por los 3,421.

Otra ventaja a su favor es el anticipado apoyo de la mayoría brasileña en las gradas a favor de los alemanes, pues prefieren ver que los germanos se conviertan en el primer equipo europeo en ganar una Copa en territorio latinoamericano a respaldar a sus archirrivales argentinos.

Con todo, el técnico de Alemania, Joschim Low, no se confía por nada y aseguró que continuarán con la misma filosofía que les ha funcionado hasta el momento.

“Europa contra Sudamérica. Una magnífica constelación de estrellas”, expresó Low. 

“(Argentina) es fuerte defensivamente. Bien organizado y sólido. Tiene jugadores extraordinarios. Nos preparamos bien”.

Por su puesto, destacó la figura de Lionel Messi, quien llega a su primera final. Aunque lleva varios partidos sin anotar, siempre es una bomba en potencia de estallar, además de que su cuerpo técnico siempre recuerda la influencia que tiene de atraer la defensa para abrirle posibilidades a los demás.

Posiblemente la principal responsabilidad de detenerlo será del defensa Benedikt Hoewedes, quien ya tuvo una misión similar con el portugués Cristiano Ronaldo en el triunfo de Alemania 4-0.

“Messi es uno de los mejores jugadores en el mundo, pero como dije antes del juego de Portugal cuando enfrentamos a Ronaldo, tenemos que defender en equipo”, comentó Hoewedes. “Tenemos que reducir sus oportunidades de anotar goles y crear situaciones difíciles”.

El propio técnico argentino Alejandro Sabella se confesó como admirador del fútbol alemán al elogiar al último rival que verá al mando de la albiceleste, pues anunció que después de la Copa dejará el puesto.

“Los germanos siempre tuvieron gran poder físico, táctico y mental, y jugadores con cierto aire sudamericano. Es un país de primer mundo que sabe lo que es la organización, el trabajo en equipo y planificar a medio y largo plazo”, sostuvo Sabella.

La arrolladora victoria de Alemania fue el martes, mientras que Alemania jugó al día siguiente un agotador partido que se decidió en penales. De sus últimos tres partidos, dos se han pasado del tiempo reglamentario.

“Los afrontamos con un día menos de descanso, tras una prórroga y con un parte de guerra que se conocerá en las próximas horas, pero con humildad y con seriedad haremos todo lo posible por tratar de ganarle a Alemania. No nos vamos a asustar”, sentenció Sabella.

A puertas cerradas, ambos equipos llevaron a cabo ayer sus últimos entrenamientos en sus respectivos campamentos antes de trasladarse a Río de Janeiro para la final.

La práctica de los argentinos estuvo marcada por el trabajo de Ángel Di María, quien se perdió la semifinal por una lesión. Se espera que el sábado se anuncie si estará disponible para la final. 

Del lado alemán trascendieron dudas por molestias físicas del defensa Jerome Boateng en el entrenamiento, en el que practicaron una sesión de penales, situación por la cual Alemania no ha pasado en este mundial.

“Ahora vamos contra un rival más grande. Siempre ganan en las copas mundiales y siempre llegan lejos”, manifestó el delantero argentino Sergio Agüero. “Vamos a seguir jugando nuestro juego, corrigiendo los errores de los pasados partidos. Ahora estamos en la final y tenemos que jugar con todo lo que tenemos”.

“Sabemos que Alemania es un gran equipo. Se conocen muy bien. Llevan muchos jugando juntos y algunos son compañeros de club”, afirmó. “Tendremos que esforzarnos más para lograr el resultado, pero confiamos en nuestro equipo”.