Un ambiente tenso se sentía esta tarde en la funeraria Borinquen Memorial, en Caguas, donde ocurría el velatorio de Angeliz Carrasquillo Rosa, la joven embarazada que murió baleada en ese municipio el pasado viernes.

Varios amigos de la familia resguardaban las escaleras que conducen al segundo piso de la funeraria para evitar la entrada de los miembros de la prensa al área donde permanecía el cuerpo de la joven.

Mientras, los familiares de Carrasquillo Rosa, natural del barrio Cañaboncito de Caguas, se mantuvieron evasivos y pidieron espacio para guardar su luto.

Sin embargo, Shirley Quintero Rosa, hermana mayor de la occisa, expresó unas breves palabras y describió a Angeliz como una joven buena, sensible y cariñosa.

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También aseguró que la familia no tenía conocimiento de que la pareja de la joven tuviera vínculos con el bajo mundo. "No sabíamos que era peligroso, nunca vimos que estuviera en malos pasos", explicó la portavoz familiar en una conferencia de prensa improvisada en el vestíbulo de la funeraria.

La hermana de la occisa dijo que su familia aún está asimilando la pérdida aunque no quiso precisar si lucharían por la custodia del bebé.

"No puedo hacer comentarios pero sí tengo conocimiento de que el Departamento de la Familia tiene la custodia. No puedo decir exactamente si lucharemos por la custodia porque el nene también tiene papá", indicó aunque posteriormente admitió que la familia "vive con la esperanza" de adoptar al recién nacido.

A eso de las 3:00 p.m., el alcalde de Caguas, William Miranda Torres, hizo acto de presencia en el lugar para ofrecer su pésame a la familia aunque no emitió comentarios a su llegada.

Carrasquillo Rosa y su pareja, Félix Jamil Díaz Hernández, de 22 años, fueron sorprendidos por sicarios que abrieron fuego en su contra a eso de las 8:00 p.m. del viernes en la intersección de la avenida Garrido con la carretera PR-1, frente a un negocio de comida rápida. A lugar llegaron en un auto Nissan Maxima luego de pasar el día en una piscina del residencial cagueño Raúl Castellón.

La mujer, residente del barrio Cañaboncito, murió en la escena y Díaz Hernández, sobreviviente en el 2011 de otro atentado contra su vida en Raúl Castellón, fue alcanzado por las balas en diferentes partes del cuerpo frente a un negocio Church's Chicken, mientras corría para salvar su vida.

Al menos uno de los disparos detonados en su contra alcanzó en un ojo a José Del Llano Aguayo, un hombre de 66 años que salía del negocio al momento de producirse los disparos.

Del Llano Aguayo convalece en condición estable.