Hasta ayer existía un debate interesante en el béisbol relacionado a si Robinson Canó ingresaría al Salón de la Fama del Béisbol en el futuro llevando la gorra de los Yankees de Nueva York o la de los Marineros de Seattle.

Eso duró, por años, hasta ayer, cuando el pelotero dominicano reconoció un positivo a un medicamento prohibido en la política de dopaje de las Grandes Ligas por lo que ahora deberá cumplir con una suspensión de 80 partidos de la actual temporada que le hará un grave daño a su reputación en el béisbol.

Canó arrojó positivo al uso del diurético furosemida, el cual está prohibido en la política conjunta antidopaje de las Grandes Ligas y la Asociación de Jugadores.

Relacionadas

 El medicamento furosemida en sí no es una droga que mejora el rendimiento físico como lo hace un esteroide anabólico, sin embargo, este está prohibido debido a que suelo ser utilizado para esconder el uso de anabólicos en caso de ser sometido a pruebas de dopaje.       

“La furosemida se usa para curar diversas afecciones médicas en Estados Unidos y en República Dominicana. Esta sustancia me la dio un doctor con licencia en República Dominicana para curar una dolencia médica. La verdad es que no me di cuenta al momento que me recetaron el medicamento que era uno que está prohibido. Obviamente ahora deseo haber sido más cuidadoso”, reaccionó Canó ayer mediante una comunicación escrita.

Según varios reportes, el estelar pelotero de los Marineros arrojó positivo antes de que comenzara la presente temporada y apeló la suspensión. No obstante, Canó optó por retirar la misma cuando MLB le demostró fuera de dudas que consumió el medicamento.

Pero Canó ayer intentó de justificar que el uso no fue por causa intencional.

“Nunca haría nada para romper las reglas del deporte que amo”, agregó en la declaración escrita, precisando que durante más de una década ha sido sometido a pruebas de dopaje y siempre se ha mostrado limpio de sustancias que mejoran el rendimiento físico.

Aun así, Canó tendrá por delante la complicada tarea de conseguir personas que le crean, en especial a los electores de la Asociación de Escritores de América que tienen la encomienda de elegir a los miembros del Salón de la Fama, los cuales hasta el día de hoy le han negado entrada a todo jugador que haya tenido vínculos o se haya especulado haya utilizado anabólicos en su carrera.

Imagen manchada

La suspensión lacera severamente la imagen de Canó y le costará alrededor de $12 millones de los $24 que gana en la actual temporada.

 Desde que debutó en las Mayores con los Yankees en el 2005, el dominicano había sido considerado uno de los peloteros más estables y productivos de su generación.

 De hecho, se perfila como un candidato para arribar a los 3,000 hits durante los próximos años. Canó suma actualmente 2,414 incogibles en su carrera, esto acompañado de un promedio de por vida de .304

“Es una noticia impactante. Él (Canó) tiene un caso en construcción para ser un jugador del Salón de la Fama. Pero esto, sin dudas, puede afectar su candidatura, al menos para su primer año de elegibilidad y quizás por completo”, dijo Roberto Colón, periodista puertorriqueño radicado en Miami, Florida, que ejerce su voto para los elegibles al recinto de los inmortales localizado en Cooperstown, Nueva York.

“Todavía hay que conocer mejor las circunstancias que rodean ese positivo. Todos se cantan de que no sabían, pero eso no es una excusa. Si tomó un producto que tenía una sustancia prohibida y no lo verificó a través del sistema de MLB, el positivo va a contar. Hay una política establecida. Antes no hacían pruebas, pero ahora hay mecanismos y reglas”, agregó.