En el estadio Hiram Bithorn de San Juan había ayer una alegría mayor a la acostumbrada en un partido de campeonato de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente. No era para menos, los fanáticos y los jugadores continuaban celebrando la entrada de Iván Rodríguez al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown.

El vegabajeño se convirtió anteayer en el primer puertorriqueño en entrar al recinto de inmortales del béisbol en su primera oportunidad. También es el cuarto boricua en recibir el llamado, pues ya están inmortalizados el jardinero Roberto Clemente, el inicialista Orlando “Peruchín” Cepeda y el intermedista Roberto Alomar.

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Dos palabras se repetían entre los peloteros, dirigentes y coaches de los bicampeones Cangrejeros de Santurce y Criollos de Caguas. Este premio de Rodríguez fue “bien merecido”.

Rodríguez impactó y sirvió de ejemplo, con su excelencia en el diamante, a dos generaciones de peloteros y atletas.

“Fue un pelotero que fue un ejemplo e inspiración para muchos de los atletas sobre los seis pies. Sin embargo, lo fue más para aquellos atletas que estamos por debajo de los seis pies, incluyéndome a mí”, dijo J.C. Romero, un veterano relevista de los Cangrejeros de Santurce que cuenta en su resumé con 14 temporadas en las Grandes Ligas.

Rodríguez, de 5’9”de estatura, es uno de los más grandes receptores que ha habido en el béisbol. Irrumpió en las Grandes Ligas con los Vigilantes de Texas el 20 de junio de 1991 y estableció una carrera de 21 temporadas consecutivas en las Mayores.

“Cuando joven lo vi jugar y lo que el trajo al béisbol -no tan solo en Puerto Rico- fue algo bien especial. Es bien merecido y seguimos esperando por los que quedan para ver si pueden entrar al Salón de la Fama”, prosiguió Romero.

Los primeros en ser anunciados fueron  el inicialista Jeff Bagwell y el jardinero Tim Raines, con un 86.2 y 86 por ciento de los votos, respectivamente. Luego fue el turno Rodríguez con el 76 por ciento de los votos emitidos por la Asociación de Cronistas de Béisbol de los Estados Unidos de América.

“Fue muy merecido. Todo el mundo sabe que puso los números suficientes para estar en el Salón de la Fama y para mí fue un privilegio haber estado con él en el Clásico Mundial de Béisbol del 2006. De verdad, la rutina y el comportamiento que él tenía en el terreno de juego fue lo que lo ayudó a él ser el pelotero que fue”, aseguró Luis Matos, dirigente de los Criollos de Caguas.

En su carrera, Rodríguez fue 14 veces al Juego de Estrellas, ganó 13 Guantes de Oro, obtuvo siete bates de plata. Además, fue el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 1990En 2,543 partidos, conectó 2,844 hits, acumuló 572 dobles –para quedar en la posición 26 en la lista de todos los tiempos-,  se fue  para la calle 311 veces e impulsó 1,332 carreras. 

“La gente piensa que son solamente sus números. Pero, es también qué es lo que tú haces antes de llegar al parque.  Eso es lo que te hace un buen pelotero porque todos cuando firmamos tenemos chance de llegar a las Grandes Ligas. Esas son las cosas que te separan y te llevan de un jugador regular a convertirte en un miembro del Salón de la Fama”, prosiguió Matos.

Rodríguez fue receptor de dos ‘no-hitters’, uno de Kenny Rogers y otro de Justin Verlander, y ganó una Serie Mundial de los Marlins de Florida.

“Es el mejor cátcher en la historia del juego. La combinación de defensiva y ofensiva era mejor que la de los demás.  Lo que hizo Iván fue increíble. Que haya sido exaltado en la primera oportunidad, da prestigio. Cuando tú eres un (miembro) del Salón de la Fama, eres un (miembro) del Salón de la Fama. Él lo es y todos saben que lo de Roberto Alomar fue un voto de castigo. Pero, de verdad, me emocioné cuando lo escuché”, aseguró Alex Cora, exgrandesligas y gerente general de los Criollos de Caguas.