Los Criollos empeñaron su palabra, prometieron regresar a Puerto Rico  el cetro de la Serie del Caribe que no había sido conseguido por ninguna representación puertorriqueña en 17 años y cumplieron con la encomienda.

La novena cagüeña se proclamó campeona de la Serie del Caribe al superar, 1-0,  a las locales Águilas de Mexicali en un partido que se extendió a 10 entradas ante 20,454 espectadores en el Nuevo Estadio de los Tomateros de Culiacán, en México.

Es la primera vez que Puerto Rico se queda con el cetro desde que los Cangrejeros de Santurce lo consiguieron en el 2000, bajo la dirección de Mako Oliveras, en República Dominicana.  Para Caguas, fue el primer título en este certamen caribeño desde 1987. 

“Lo menciono y lo voy a repetir siempre,  este es un equipo especial porque tu siempre estar abajo y como quiera estar confiado, no tener nervios de poner un ‘pitcher’, de hacer un ‘hit and run’, de poner un toque de bola, de dejar a Jonathan Morales batear en ese turno teniendo a tres buenos bateadores. Es eso lo que hace a un equipo especial para que un dirigente no tenga que pensar tanto”, dijo Luis Matos, dirigente de los Criollos.

¿Qué se puede decir del desafío?

Simplemente, fue un J-U-E-G-A-Z-O. Un duelo de pitcheo de principio a fin, en el que el abridor puertorriqueño Adalberto Flores mantuvo un juego sin hits hasta la sexta entrada.

El derecho pudo haber continuado con su magnífico trabajo en el desafío si no llega a ser porque una ampolla en uno de sus dedos no le permitió continuar lanzando en el séptimo episodio.

En las seis entradas que trabajó, Flores solo dio paso a un hit, dio dos pelotazos y concedió una base por bolas a la representación mexicana.

El catañense Andrés Santiago vino en labor de relevo y le propinó un gran cero a las Águilas en la séptima entrada. Además,  mantuvo la cordura cuando intentaron llenar las bases con dos outs en la entrada siguiente.

En el octavo episodio también hay que darle mucho crédito a la defensa, en especial la de David Vidal, que sacó el tercer importantísimo out cuando Luis Suárez se pasó de la tercera base.

En primera instancia, Suárez fue declarado quieto. Sin embargo,  el dirigente de los Criollos, Luis Matos, pidió una revisión y la decisión cambió a favor de Puerto Rico.  

A Santiago lo relevó Miguel Mejía y hasta ahí llegó el vuelo de las Águilas en el noveno y el décimo episodio.

En la parte alta de la décima entrada, fue que hizo su aparición el juego pequeño de los Criollos en su máximo esplendor.

El primer indicio de que el final de las Águilas estaba cerca apareció cuando  Yadiel Rivera abrió el episodio con un doble al jardín central.

Acto seguido, el intermedista Jesmuel Valentín adelantó a Rivera a la antesala con un perfecto toque de sacrificio por la línea de la primera base.

Entonces, fue que vino el batazo definitorio en el benjamín de los Criollos. El receptor Jonathan Morales se sacrificó con un elevado al jardín central para traer al plato la carrera de la victoria para la novena cagüeña y Puerto Rico.

Con ese panorama,  Mejía ya olía la sangre. Subió a la loma con la determinación a la que tiene a todos acostumbrados. Sacó los últimos tres outs del partido para agenciarse la victoria y traerle a Puerto Rico el tan ansiado cetro.