El pasado 24 de junio, hace exactamente cuatro meses, el delantero uruguayo Luis Suárez le dio un mordisco al defensor italiano Giorgio Chiellini en el partido entre sus respectivas selecciones durante la Copa Mundial de Brasil 2014.

Dos días después, la FIFA anunció el castigo que recibiría Suárez por su acción antideportiva, que consistió en nueve partidos oficiales de suspensión con la selección charrúa –que incluía los juegos restantes del Mundial–, además de impedirle “ejercer cualquier clase de actividad relacionada con el fútbol” durante cuatro meses. Una vez el jugador abandonó la concentración de su equipo, comenzó la defensa que pedía una reducción en la sanción.

Aunque en un principio Suárez negó que mordiera a su contrincante, las pruebas eran irrefutables y el 30 de junio, el delantero pidió disculpas públicas a través de las redes sociales. “Me arrepiento profundamente. Pido perdón a Giorgio Chiellini y a toda la familia del fútbol… Me comprometo públicamente a que nunca volverá a ocurrir un incidente como este con mi intervención”, declaró Suárez, quien ya había sido suspendido antes –en las ligas de Holanda e Inglaterra- por morder a otros futbolistas.

“Sentí que había arruinado mi carrera. Al principio, no quería saber nada de nadie, me encerré con mi familia, aunque luego reflexioné, pedí perdón y me sentí liberado”, expresó Suárez en una entrevista reciente al canal TV3.

Aun así, el Barcelona decidió firmar al mejor goleador de las ligas europeas en la temporada 2013-2014, aunque en un principio no podía ni siquiera presentar al jugador frente al público azulgrana, mientras la defensa del uruguayo anunció que acudiría al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para tratar de que la FIFA redujera la sanción, que incluía no poder entrenar con su nuevo equipo. Incluso, el propio Chiellini entendía que el castigo impuesto a Suárez era exagerado.

El 14 de agosto, el TAS anunció la decisión de que el futbolista podía entrenarse con el Barcelona y participar en juegos amistosos, y unos días después fue presentado y luego jugó en el partido por el Trofeo Joan Gamper.

Luego de cuatro meses de no poder hacer su trabajo, finalmente Luis Suárez podrá disputar su primer partido oficial con el Barsa. Y, como si el calendario de la Liga española se hubiera hecho tomando en cuenta esta fecha, el  Clásico entre los archirrivales Real Madrid y Barcelona, en el estadio Santiago Bernabéu de la capital, será el escenario en el que se estrenará el uruguayo con la camiseta azulgrana.

Como si el partido del sábado no tuviera suficiente morbo –enemigos acérrimos, Cristiano vs. Messi, el récord de goles que podría romper “la Pulga”–, hay que sumarle la presencia de Suárez, quien en su primer partido en el Mundial, después de una operación de rodilla, le marcó dos goles a la selección de Inglaterra.

Solo resta por verse si Suárez estará en el once titular del Barsa o entrará como suplente y si su instinto goleador tendrá al Real Madrid como su primera víctima en la liga de España.