Melbourne. La australiana Ashleigh Barty, primera raqueta del mundo, remontó un segundo set que perdía por 1-5 para superar en la final del Abierto de Australia a la estadounidense Danielle Collins por 6-3 y 7-6 y poner punto final a una maldición local que privó a las ‘aussies’ de alcanzar el título en los últimos 44 años.

Fue precisamente Chris O’Neill, la última ganadora oceánica, la que portó el trofeo Daphne Akhurst hasta la pista central Rod Laver Arena y la leyenda local Evonne Goolagong la elegida para entregar la copa a Barty, que cerró el choque en una hora y 27 minutos.

“Como australiana, lo más importante es poder compartir esto con la gente. Es uno de los públicos más divertidos y me han hecho jugar mi mejor tenis contra una campeona como Danielle. Es un sueño hecho realidad y estoy muy orgullosa de ser australiana”, dijo tras convertirse en la primera campeona tras más de 40 años de sequía.

Barty sostiene orgullosa la copa Daphne Akhurst, que recibió tras su contundente victoria sobre la estadounidense Danielle Collins.
Barty sostiene orgullosa la copa Daphne Akhurst, que recibió tras su contundente victoria sobre la estadounidense Danielle Collins. (Andy Brownbill)

Collins, que llegó a la cita como una de las tenistas más agresivas, con 164 golpes ganadores, tardó en encontrar el ritmo, del mismo modo que Barty, que tuvo que salvar una pelota de rotura cuando el marcador lucía un 2-2.

Sin embargo, en el juego siguiente, la tenista de Queensland dio un paso al frente al resto para apuntarse el primer ‘break’ y colocar una ventaja que acabaría significando el 6-3 definitivo.

Barty cerró la primera manga con cinco saques ganadores y acumuló un 94% de puntos con primeros, tras 32 minutos.

La tenista de Florida, sin embargo, no se dejó intimidar por un imponente estadio que rugió en su contra, hasta el punto de hacerle celebrar varios puntos contra un sector del público que la abucheó, y Barty encajó una doble rotura en el mismo partido por primera vez en el torneo, que significó un rotundo 1-5 a favor de Collins.

La número uno mundial se reencontró con su característico revés cortado, que trastocó la considerable ventaja de Collins, así como con un acertado servicio, que le catapultó a remontar la cuesta e ir al juego de desempate definitivo.

El público, más numeroso como consecuencia de una ampliación al 65% de la capacidad total, animó más que nunca para contar con una campeona australiana 44 años después.

Barty, que cerró el partido con diez saques directos y 30 golpes ganadores, se llevó el ‘tie-break’ por un imponente 7-2 tras convertir una preciosa pasante de derecha.

Con la victoria, se sumó a la estadounidense Serena Williams como la única jugadora en activo en haber ganado una competición ‘slam’ en tierra, hierba y pista dura.

Fue su tercer ‘slam’ después de sus títulos de Roland Garros en 2019 y Wimbledon en 2021. Al llegar a la final, aseguró el número uno tras la conclusión de la competición y será su 113ª semana reinando la lista WTA.