Un grupo encabezado por Josh Harris y Mitchell Rales y en el que figura Magic Johnson llegó a un principio de acuerdo para comprar los Commanders de Washington a Dan Snyder, su dueño durante años, por $6,000 millones, dijo una persona enterada de la situación.

La persona habló el jueves con The Associated Press a condición de permanecer anónima porque el convenio no se ha oficializado. Otra fuente dijo que el acuerdo no se envía aún a la NFL para su aprobación.

El monto de la venta sería el mayor pagado en la historia por cualquier equipo deportivo profesional en América del Norte.

Un portavoz de los Commanders dijo que el equipo no está en una posición que le permita emitir comentarios. La liga se negó a emitir declaraciones.

Una vez que el acuerdo sea aprobado, Harris poseería participaciones controladoras en tres de las cuatro ligas deportivas principales profesionales de Estados Unidos. Harris y David Blitzer son propietarios de los Sixers de Filadelfia en la NBA desde 2011 y de los Devils de Nueva Jersey en el hockey sobre hielo desde 2013.

Harris ha sido dueño de una parte de los Steelers de Pittsburgh. Tendrá que venderla antes de comprar los Commanders.

Sportico fue el primer medio que informó de la adquisición.

El precio alcanzado por los Commanders superaría por mucho el que Harris y Blitzer pagaron por sus otras organizaciones deportivas. De hecho, quebraría la marca anterior, de $4,650 millones, impuesta el año pasado, cuando el grupo de Rob Walton, heredero de Walmart, compró los Broncos de Denver.

Johnson, miembro del Salón de la Fama del basquetbol y quien posee también una parte de los Dodgers de Los Ángeles en las Grandes Ligas, formó parte de la oferta de Harris por los Broncos.

Rales, cofundador de la Danaher Corporation y residente de Maryland, es una adición relativamente nueva al grupo, lo mismo que Johnson. Rales y Harris crecieron en Bethesda, en los suburbios de Washington, por lo que los Commanders tendrían dueños con raíces locales.

La venta de los Commanders depende de la ejecución de un contrato y de la aprobación posterior del resto de los dueños de la liga, algo que podría ocurrir tan pronto como se realice la próxima reunión de mayo en Minnesota. Sin embargo, el visto bueno podría demorar más.

Se necesitarían 24 de 32 votos para aprobar la transacción. No sería un problema, en vista de que la venta de los Broncos recibió apoyo unánime y de que Snyder había perdido el apoyo de muchos miembros de la liga.

Snyder compró el equipo, al que seguía de niño, al pagar $750 millones en 1999. Pese a las críticas crecientes en su contra, advirtió que jamás lo vendería.

Ello cambió después de varias investigaciones de la liga y del Congreso estadounidense sobre conductas indebidas en el lugar de trabajo. La pesquisa por parte de los legisladores determinó que Snyder incidió en esa cultura laboral tóxica.

Jim Irsay, dueño de los Colts de Indianápolis, se convirtió en el primero en sugerir que había “argumentos para retirar” a Snyder, una medida sin precedente que habría requerido del voto de tres cuartas partes de los propietarios.

No hizo falta. Dos semanas después, Snyder y su esposa Tanya contrataron a Bank of America Securities para explorar una posible venta del equipo.