Triste pero agradecida a la vez.

Con esta reflexión la viuda del fallecido periodista Aníbal Gonzalez Irizarry quiso expresar el valor por las muestras de apoyo y las palabras de consuelo recibidas en estos momentos de duelo.

"Me siento feliz y dichosa porque yo veo que en realidad la gente lo quería mucho y que ha habido una demostración de amor y de cariño hacia él que me hace sentir bien", manifestó emocionada y con una sonrisa doña Ruth Pérez Pérez, quien estuvo en matrimonio con el comunicador por 63 años.

El veterano conductor de noticias de Telemundo por 38 años murió el miércoles en el Hospital Pavía, en San Juan. Tenía 91 años. Sus restos fueron expuestos hoy en la Funeraria Buxeda en Hato Rey.

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"Aníbal fue una persona con muchos valores cristianos. Fue bueno en todo el sentido de la palabra", añadió mientras miraba el féretro cerrado, que estaba adornado en la parte superior con rosas blancas.

"Él siempre cuidó de sus hijos, cuidó de mí. Nos ayudó mucho", resaltó con serenidad sobre la pareja con quien se casó a sus 22 años, cuando él tenía 28.

Tras su partida, los buenos recuerdos y los elogios a su persona también invaden a otros de sus seres queridos. Su hermano Richard González Irizarry destacó su empeño en ser un buen ejemplo.

Hoy se expuso el cuerpo en la Funeraria Buxeda en Hato Rey. Posteriormente, sería cremado, como fue su voluntad.

"Éramos 11 hermanos y él trataba de que copiáramos lo mejor de él. Nos daba cátedra sobre la importancia de saludar dondequiera que fuéramos, de ayudar a las demás personas. Nos guiaba cuando estudiábamos. Si teníamos dudas o no entendíamos, él estaba dispuesto a explicarnos y ayudarnos en la escuela", manifestó delante de uno de los monitores que resaltaba reflexiones e imágenes del fenecido periodista en la funeraria.

Para su hijo, Aníbal, fue un privilegio contar con su guía. "Lo voy a recordar como el mejor papá que hubiese podido desear. Era ecuánime, tranquilo, muy discreto. Siempre mostraba cierta seguridad". El profesor de Literatura hispanoamericana en la Universidad de Yale agradeció la Inspiración de su padre para la carrera que con orgullo ejerce hoy día.

"Se lo debo a mi papá, que me enseñó a apreciar el lenguaje, amar la lectura. Tenía dos pasiones: le encantaba el lenguaje en general y también los diccionarios. Él me regaló mi primera enciclopedia", recordó con nostalgia el padre del nieto del comunicador.

El educador compartió, por otro lado, que don Aníbal "tuvo una muerte muy tranquila, sin agonía. Murió dormido pocos momentos después de ver a mi mamá por última vez".

Su hija, Lizzette, resaltó la serenidad que lo caracterizaba. "Papi era una persona muy calmada, muy pacífica. Nos enseñó a vivir con confianza. Siempre se levantaba con una actitud muy positiva, y así nos enseñó a vivir. Estamos tristes, pero con la certeza y la fe de que nos vamos a volver a ver".

Para su antiguo colega Raúl Quiñones, hay una palabra que define a su antiguo compañero de trabajo: maestro. "Él sentó cátedra en Puerto Rico en materia de comunicaciones", mencionó pensativo. "Era una persona muy decente. Primero se cortaba la lengua antes de hablar mal de alguien. Y nos ayudaba muchísimo. Si teníamos alguna duda íbamos donde él y no tenía reparos en decirnos si algo estaba correcto o incorrecto".

A las 7:00 de la noche de hoy se celebraría un servicio religioso en la capilla de la funeraria. Posteriormente, sus restos serán cremados, como fue su voluntad. Las cenizas serán depositadas en el cementerio de Sabana Grande.