Aplausos y vítores, como si se tratara de un concierto de Lalo Rodríguez previo a comenzar, marcaron el inicio del homenaje que amigos y colegas rindieron esta tarde al intérprete de salsa. La capilla Elta L. Ehret de la funeraria Ehret, en San Juan, se transformó en una fiesta musical donde los presentes cantaron, bailaron y escucharon un mensaje de esperanza.

“Un artista hace su trabajo no para él, sino para ustedes. En ese proceso ocurre que el artista, mientras más lo aceptan, más difícil es su vida diaria, su vida diaria se complica. En esa complejidad del diario vivir el artista se engrandece de tal forma que cuando tú le pides un autógrafo te manda para buen sitio, otros, cuando le pides un autógrafo, te quitan la cámara y toman ellos mismos la ‘selfie’. Eso demuestra cómo el artista aceptó su gloria”, dijo el director musical, Simón Rivera durante el discurso inicial del tributo.

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Rivera enfatizó y enalteció el carisma y don de gente de quien recibió el premio Canción Tropical del Año en los premios Lo Nuestro de 1989, por el éxito “Ven, devórame otra vez”. A través de sus palabras envió una lección de humildad y a la nueva generación de artistas.

El cantautor Joey Hernández fue el primero en sentar la pauta musical con “Mi ritmo llegó”, uno de los temas que convirtió al “Canario de Carolina” en un punto de referencia en la historia de la salsa.

“Estamos aquí dándole honor a quien honor merece y recordándolo con su música. Lo que pasó antes, después, no importa. El legado de él va a ser, especialmente para los muchachitos que están aquí que estudian música, la música bonica que nos dejó”, expresó Hernández en un receso.

Mientras los cientos de fanáticos de la salsa puertorriqueña que abarrotaron la capilla gritaban a una voz “Viva Lalo Rodríguez”, se escucharon los acorde de “Ven, devórame otra vez”. Esta interpretación provocó que muchos “rompieran el hielo” y usaran la alfombra verde menta como pista. A otros, el sentimiento y profundo sentido de admiración les ganó y comenzaron a llorar.

Después de este momento, quizás uno de los más emotivos del velatorio, llegó el turno del pastor y cantante Álex D’ Castro. Al mismo tiempo que saludó a los presentes con palabras de fortaleza, el ministro se preparaba para deleitarlos con el tema “Desilusión”. No había tiempo que perder, pues también tenía a su cargo la reflexión de la tarde.

“Yo tengo una espinita con Lalo. ¿Me la puedo sacar aquí”, bromeó D’Castro, quien guarda magníficos momentos junto a su “gran amigo”, como lo describió. “Hoy voy a predicar, y voy a predicar candela”, dijo para referirse a que no hablaría el mensaje tradicional que se expone en este tipo de ceremonias.

El pastor concluyó la primera parte del homenaje musical con “Máximo Chamorro”.