La Orquesta Sinfónica de Puerto Rico ofreció ayer un concierto a personas refugiadas en la sede del Departamento de Recreación y Deportes, en San Juan, durante el cual evocó con piezas clásicas y de música popular las diversas emociones sentidas o anheladas desde que el huracán María dejó al país en estado de devastación.

Para adultos como Maritza Cordero, José Rivera, Roberto Vélez, Rosaly Rodríguez y Dimas Navarro Rodríguez fue un bálsamo, y para niños como Wesly Omar Polaco Nuñez y Yandriel Villegas Rodríguez, de 12 y 11 años, respectivamente, fue una nueva aventura.

Antes de comenzar, el director titular de la orquesta, Maximiano Valdés, presentó el repertorio reconociendo que más que temas festivos eligieron "obras que tienen que ver un poco con lo que pasó", "un programa que reconocerá la gravedad de lo que pasó".

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Pero lejos de quedarse en eso, "luego, poco a poco, iremos reconstruyendo hasta llegar a lo de todos los días, la música puertorriqueña que todos queremos".

Grandes y chicos permanecieron atentos al trabajo de decenas de músicos que también dejaban ver su emoción; hasta hubo quien colocó la enseña nacional en su atril. La muestra que comenzó con la melodía dramática y solemne de "Fanfarria para el hombre común", de Aaron Copland, continuó con Mozart, Beethoven, pasó los segmentos del musical West Side Story, que toca temática puertorriqueña, hasta llegar a clásicos de la música popular puertorriqueña como "Verde Luz" y "Preciosa", entre otros.

"Estuvo fantástico. Nos hacía falta para animar nuestra estima porque está decaída, falta de ánimo. Gracias al Señor que los trajo y así poder animarlos a ellos y que nos animen a nosotros", afirmó Cordero, quien dijo haber estado viviendo en un auto junto a Rivera por cerca de un año antes del paso del huracán y ahora espera poder salir del refugio a un hogar.

Para ellos, al igual que para los niños entrevistados, fue la primera experiencia ante la Sinfónica.

"¡Me gustó!", confirmó Polaco Núñez, de Bayamón, refugiado con su madre y dos hermanos menores.

"¡Fue muy increíble! Me emocioné mucho", dijo por su parte Villegas Rodríguez, quien ya aprende a tocar oboe. "Conocí a la oboísta, me enseñaron par de instrumentos, una experiencia muy buena", expresó. Confesó que algún día le gustaría ser parte de la orquesta y elogió el gesto de presentarse en el refugio.

"Es muy bueno y valiente de su parte. La música es también entretenimiento y como que te quita los malos pensamientos, hace que como que tu alma fluya y ¡sigue adelante! Eso fue lo que trajo la orquesta", agregó el niño.

La directora de la Corporación de las Artes Musicales, Mercedes Gómez, adelantó que ante la puesta en pausa de la Temporada de Conciertos de la orquesta, esta se presentará en refugios, égidas y espacios abiertos. Los próximos conciertos serán el 18 de octubre en los predios del Estadio Hiram Bithorn y el Coliseíto Pedrín Zorrilla a partir de las 3:30 p.m., y el 20 de octubre a partir de las 5:00 p.m. en la plazoleta del Coliseo José Miguel Agrelot.