El protocolo de venta de boletos presencial para el concierto “Un verano sin ti”, que presentará la megaestrella del género urbano Bad Bunny, está provocando opiniones diversas entre las decenas de personas que a tempranas horas de este jueves hacían fila, en ambiente de camping, aún cuando se ha informado que no se les contará al momento de iniciar la venta oficial.

Jóvenes y adultos están dispuestos a lograr la “misión” o “aventura” de conseguir sus pases para algunas de las tres funciones que ofrecerá el intérprete de “Tití me preguntó” entre el 28 y 30 de julio, no obstante, muchos de estos expresaron su molestia ante las instrucciones que ha adelantado la producción de Noah Assad y Move Concerts. Se informó hoy en comunicado de prensa que la fila oficial comenzará a contar mañana, viernes, desde las 10:00 am. “Las personas que lleguen antes de esa fecha no contarán como parte de la fila oficial y por ende no tienen su compra de boletos garantizada”.

Para Javier Alejandro Díaz, de 20 años, residente de Trujillo Alto, esta “es la primera vez que me tiro una misión así, desde la madrugada del día de hoy”. Lo acompañaba su novia.

“Mi plan de acción es literalmente quedarme aquí hasta que nos den el acceso, a pesar de las reglas que ha puesto la administración, porque no es justo que estamos aquí desde bien temprano en la madrugada y no nos quieran dar el acceso a pesar de que la producción dio boletos gratis ayer”, expresó con cierta indignación ante la decisión de la producción de regalar anoche cuatro boletos a cada persona que se mantuvo en la fila en el exterior del “Choliseo”. Aún así, no se quita.

“Aquí todo el mundo va a luchar hasta que entremos”, afirmó el fanático del tema Party, que Bad Bunny interpreta con Rauw Alejandro en el famoso álbum.

El ambiente en el exterio del Coliseo de Puerto Rico es uno propio de un área de acampar, pero sin casetas.
El ambiente en el exterio del Coliseo de Puerto Rico es uno propio de un área de acampar, pero sin casetas. (Ramon "Tonito" Zayas)

Ellery Javier Díaz, de 21 años y natural de Caguas, igualmente manifestó su molestia.

“Estoy molesto, estoy frustrado, estoy deprimido, porque nosotros llevamos aquí desde la madrugada de hoy y algunos del día de ayer y estamos esperando para conseguir los tickets. Todo el mundo quiere los tickets. Anoche nos dieron unas instrucciones, pueden hacer la fila aquí, porque la entrada va a ser por ahí, y de momento en la mañana, nos levantamos todos rise & shine y nos dicen no, aquí no pueden hacer la fila. Ustedes están aquí, pero no los vamos a contar como para la fila”, expuso incómodo.

Me he decidido mantener, porque entiendo que les envío un mensaje a ellos, de que no quieren que estemos aquí, pero vamos a estar aquí. Es como una miniprotesta por así decirlo. Yo no quiero irme en contra de ellos, no quiero irme en contra de la ley ni de nada, pero a la hora de la verdad, llevo esperando. Ninguno de ellos tuvo que estar aquí en la noche, ninguno de ellos tuvo que estar aquí sin comer, y eso fue nuestra decisión, pero al ser nuestra decisión para apoyar a Bad Bunny, apoyar a Puerto Rico, apoyar la economía y el entretenimiento, nos vienen a decir que no podemos, y eso es completamente injusto”, sostuvo.

Neysmar Rivera llegó a las 6:30 am al coliseo junto con sus hermanos. Tres horas después analizaba si valía la pena quedarse o irse y regresar mañana a la fila.
Neysmar Rivera llegó a las 6:30 am al coliseo junto con sus hermanos. Tres horas después analizaba si valía la pena quedarse o irse y regresar mañana a la fila. (Ramon "Tonito" Zayas)

La joven vegabajeña Neysmar Rivera, de 19 años, llegó a la fila cerca de las 6:30 am junto con sus hermanos. Se nombró fanática desde el 2016. No ha faltado a ningún concierto del trapero, y espera que este no seá la excepción.

“Siento que vale la pena, que no nos va a defraudar, así que para mí vale la pena”, subrayó.

“Me gusta su forma de ser, su humildad es lo más que me agrada de él. Cómo hace sentir a todas las personas especiales y únicas, y las vibras que da, me encantan y cómo me hace sentir su música. Mi humor cambia cuando escucho su música y todo es más feliz, por así decirlo”, continuó Rivera.

Las informaciones sobre el manejo de la fila la mantenían analizando si debía quedarse o seguir las instrucciones y regresar mañana. “Dolería más que quedarme y que no las cuenten”, dijo.

Dos señoras que prefierieron mantenerse en anonimato lamentaron la misma situación, así como la falta de letrinas para quienes están allí y la determinación de no vender boletos de forma digital.

“Entiendo que está mal, porque se podía hacer ambos, y ahí por lo menos tenían un control, y la otra parte, presencial. Esto es una locura”, dijo una de ellas.

Para la otra persona, la preocupación va más por el lado de la seguridad.

“¿A las 10 de la mañana van a decir que no vayamos allá? Aquí se va a formar una estampida de gente, y va a haber gente herida. La seguridad de la gente está mala”, apuntó la señora que, como quiera, se mantendría en la fila.

“Me preocupa mucho la seguridad y no me voy a ir de aquí, porque están jugando con la mente de la gente para que nos vayamos”, indicó.

Muchos pernoctaron desde anoche y hoy en la mañana la producción les indicó que sus posiciones en la fila no serían consideradas para la venta y aún así se mantenían allí.
Muchos pernoctaron desde anoche y hoy en la mañana la producción les indicó que sus posiciones en la fila no serían consideradas para la venta y aún así se mantenían allí. (Ramon "Tonito" Zayas)

César Castillo Betacourt, de Río Piedras, se encontraba alrededor de las 9:30 am, entre las primeras tres o cuatro personas en la fila que comenzaba después de la entrada oeste del coliseo. Tenía cara de amanecido, pues salió a las 4:00 am de trabajar y llegó directo a la fila para unirse a otros familiares que hacían lo propio en un ambiente de acampar sin casetas.

“Ya sabemos cómo es el fenómeno de Bad Bunny”, comentó el fánatico. “He pasado ya por los mismo. Tengo nenas que le gusta Bad Bunny, soy fanático de él también y aquí estamos en la misión, en la aventura de conseguir los boletos”.

Sobre lo que espera ver desde el escenario, la expectativa es alta.

“El hombre siempre la rompe. A mí me gusta cómo se desempeña en tarima”, destacó.

Francisco Chévere, de 21 años, es natural de San Juan, pero actualmente reside en el estado de Florida. “Vine para hacer esta fila”, fue su primer comentario al ser entrevistado.

“Hablé con mi prima y ella me dijo, ‘Si quieres, vamos’. Ella va a llegar como a las 11:30 am... No lo hago porque necesito, porque he ido a conciertos antes, pero es una aventura nueva”.

Su plan es regresar a Florida el domingo y volver en un par de semanas para el concierto.

El costo de los boletos, según anunciado hoy, comienza en $15 en el nivel superior y $150 en el nivel principal y club seats.