Loíza. Loíza renace y con ella El Sazón de Sylvia.

Por 30 años, el restaurante El Sazón de Sylvia ha sido símbolo de Loíza, de sus alcapurrias, de su cultura, de su gente comprometida con sus raíces.

Más específico aún, El Sazón de Sylvia es el hogar de la alcapurria redonda, que le distingue de la alcapurria larga que se forma sobre hoja de plátano o de uva playera, o de aquella que el pintoresco personaje de la televisión Epifanio González Villamil bautizó como “bisexual”.

Los hermanos Ana Sylvia y Sylnic Cruz Fuentes administran el negocio que fundaron sus padres, Nicolás Cruz Pérez y Ana Silvia Fuentes Falú.
Los hermanos Ana Sylvia y Sylnic Cruz Fuentes administran el negocio que fundaron sus padres, Nicolás Cruz Pérez y Ana Silvia Fuentes Falú. (teresa.canino@gfrmedia.com)

La de El Sazón de Sylvia, como dijimos, es redonda, como la que el patriarca del restaurante, don Nicolás Cruz Pérez, preparaba para sus hijos desde antes que se fundara el restaurante, de la que su padre y tía también le enseñaron a hacer para dar de comer sin pensar que sería sustento económico años después.

“Yo tengo 54 años y ya de niña mi papá las hacía así, y mi abuelo y tía las hacían así. Esto viene de muchos años atrás”, dijo Ana ‘Nica’ Cruz Fuentes, hija de Nicolás y de Ana Sylvia Fuentes Falú, la matriarca del restaurante.

Es la alcapurría a la que se le da forma sobre un plato de cerámica, no en hoja de plátano o uva playera, porque así fue que se la hacían a Nica y así es que ella las hace por tradición del clan Cruz Fuentes.

A diferencia de la alcapurria tradicional, a la de El Sazón de Sylvia se le da forma en un plato de cerámica.
A diferencia de la alcapurria tradicional, a la de El Sazón de Sylvia se le da forma en un plato de cerámica. (teresa.canino@gfrmedia.com)

‘Nica’ y su hermano Sylnic -nombre compuesto de Sylvia y Nicolás- son los propietarios de El Sazón de Sylvia, que renacerá como Loíza en febrero, luego de completarle algunos arreglos a la estructura y de diseñar el nuevo concepto del restaurante, que educará sobre el plato y la cultura loiceña.

“Vamos a traer un nuevo concepto de la cocina criolla y la historia educativa de los platos, de su cultura”, djo Sylnic.

El negocio es familiar. Lo que comenzaron doña Sylvia y don Nico -en paz descanse- lo siguen Nica y Sylnic desde que la matriarca decidió echarse a un lado a sus 80 y pico de años, aunque ella dice que sus muchachos fueron también fundadores del negocio.

“Esto lo hicieron ellos, porque querían estudiar”, dijo doña Sylvia.

Y hay mucho de cierto en el desprendimiento de la fundadora, que tuvo también otros dos hijos.

Cuentan Nica y Sylnic que el negocio comenzó por necesidad económica y que en sus inicios operaba sábado y domingo con la asistencia de ambos, quienes regresaban de San Juan a Loíza los fines de semana para ayudar en la cocina y las mesas, y reunir dinero para sus estudios en la Universidad Politécnica de Hato Rey, en donde Nica se hizo agrimensora y Sylnic ingeniero.

“De aquí dio para que estudiáramos nosotros”, dijo Sylnic, quien también es contable.

Por lo tanto, un restaurante con tanto significado sentimental no podía cerrar sus puertas tras en fallecimiento de Nicolás y el retiro de doña Sylvia. El necogio tenía que seguir lo comenzado con tan buenas inteciones.

Tras el retiro de doña Ana Sylvia, sus hijos "Nica" y Sylnic asumieron el negocio familiar.
Tras el retiro de doña Ana Sylvia, sus hijos "Nica" y Sylnic asumieron el negocio familiar. (teresa.canino@gfrmedia.com)

“Mi papá quería que fuéramos profesionales y comenzó este negocio. Eso hay que respetarlo. Estamos honrando a nuestros padres”, dijo Sylnic.

El Sazón de Sylvia está localizado literalmente a los pies del marcador del kilómetro 23.4, en la carretera 187, la divide por la mitad el sector Piñones, que se eleva sobre río Grande de Loíza, que bordea el pueblo de la Fiestas de Santiago Apóstol y que se adentra en territorio loiceño en dirección al este, si viene desde San Juan. Es la misma que también entra por Río Grande, y deja a un lado los campos de golf y se mete en Loíza.

Se llama Medianía Alta el barrio en donde ubica el restaurante. Loiceños como ese barrio puede haber iguales, pero no más. Allí han vivido los Cruz Fuentes toda la vida.

El Sazón de Sylvia se encuentra en el barrio Medianía Alta, justo en el marcador del kilómetro 23.4 de la 187.
El Sazón de Sylvia se encuentra en el barrio Medianía Alta, justo en el marcador del kilómetro 23.4 de la 187. (teresa.canino@gfrmedia.com)

Si va y no lo encuentra, no active el GPS. Solo pregunte por los Cruz Fuentes, que seguro encontrará a quien los conoce, ya sea por la alcapurria redonda o por su aportación a la cultura del pueblo.

Resulta que los Cruz Fuentes también han sido mantenedores de santos por dos generaciones en la Fiesta de Santiago Apóstol. Don Nico comenzó la tradición y Sylnic la sigue. Y ese trabajo y tradición tiene un reconocimiento en el pueblo.

“Tener la oportunidad de cultivar, educar, enseñar, transmitir, hacer todo lo que creas proactivo para un pueblo, como mantenedor de un santo, seguir una tradición de familia, cumplir con las expectativas de nuestros padres, abuelos, de todo un pueblo, es una responsabilidad grandísima, pero también es un orgullo. Es amar a tu pueblo”, dijo Sylnic.

Así que cuando se coma una alcapurria redonda de El Sazón de Sylvia, su paladar no solamente probará masa de plátano, carne o jueyes, también rodará por el trópico de la 187, olerá el salitre de la costa y la manteca caliente en fuego y vivirá la tradición negra.

“Es amar a tu pueblo. Es todo”, dijo Sylnic.