“Mi papá fue el mejor papá del mundo”, enunció Dana Miró mientras disfrutaba de la fiesta que había preparado junto a su esposo, el productor Luisito Vigoreaux, para conmemorar el cumpleaños número 80 de su padre.

Todo se llevó a cabo en un espacio íntimo y acogedor de la Bodega Méndez en Guaynabo, en donde esta noche se dieron cita decenas de personas cercanas al presentador de televisión puertorriqueña Eddie Miró para celebrar sus ocho décadas de vida.

Su esposa no podía contener la alegría de tenerlo saludable y animado. “Eddie tiene 2 varillas, 7 discos y 13 tornillos en su cuerpo. Cuando vamos al aeropuerto le suena todo, dicen ‘ahí llego Eddie’, pero aun así está nuevo de paquete como la que lo cuida”, comentó Ita Miranda, cónyuge del animador del famoso “Noche de Gala” hace 50 años.

Fruto de ese matrimonio son tres mujeres que también se han destacado en sus respectivas carreras profesionales, pero solo dos pudieron decir presente en la actividad porque Christie, la hija menor de Miró, es actriz y reside en los Estados Unidos.

A pesar de esta ausencia, las hermanas hicieron lo posible por darle alegría a un padre que siempre estuvo presente. “Papi nos buscaba a la escuela todas las tardes, nos ayudaba a estudiar y a hacer las tareas”, explicó Dana, la mayor de la prole.

Por otro lado Michelle, expresó que de niña fue muy enfermiza y su padre la cuidaba. “Además, mi papi me ayudaba a hacer las asignaciones de matemática porque como ingeniero agrimensor era un ‘maestro’ con los números”, indicó.

Así, con esa chispa de alegría que brota cuando se está en familia transcurrió la fiesta. Estaban vecinos, familiares y colegas, personas que estuvieron a su lado durante su exitosa labor en la televisión y en otros instantes memorables. Uno de ellos, Octavio Pérez Pumarejo, mejor conocido como Tavin Pumarejo, un comediante gago que haciendo canciones mejoró su habla para trabajar por más de treinta años en el programa emitido todos los medios días, “El Show de las Doce”.

Su amistad con Miró se remonta a mediados del pasado siglo, cuando ambos compartían una pasión “inmensurable” por el mundo artístico en un pequeño local de Santurce.

En ese barrio de San Juan, fue donde Miró creció, rodeado de vecinos que aun atesoran momentos compartidos con él durante su infancia y adolescencia. Entre estos Jorge Estarellas quien relató a este medio como se disfrutaba con el homenajeado las fiestas patronales.

Para que esos recuerdos permanezcan en el tiempo, le obsequió dos fotografías de experiencias compartidas hace más de cuatro décadas. Conjuntamente, relató que Miró escribía libros de chistes que en algún momento su imprenta se encargó de reproducir.

Con la misma sonrisa

A eso de las 8:00 p.m. apareció el cumpleañero vestido de punta en blanco. Estaba alegre, como siempre. Saludó a todos con un abrazo, un apretón de manos y la carcajada que lo distingue.

“Acabo de entrar al grupo de los ochentosos, pero estoy muy bien. De hecho, estoy loco por estar otra vez en televisión, anoche mismo estuve con Rocky the Kid haciendo mi clásico número de la maquinita”, expresó mientras continuaba saludando a los que se le acercaban a felicitarle.

Realmente, su cumpleaños no era hoy, sino el próximo miércoles, 25 de marzo, pero como su tía de 94 años estaba de visita en Puerto Rico, sus hijas adelantaron la fiesta que tenía que ser “para los que han estado con él toda la vida”. Por eso entre los invitados se hallaba Annie Avilés, vecina de la familia desde los 80’, y Miraida Chávez, animadora de televisión que creció junto a Miró.