“El ámbito de la cosmética natural está evolucionando rápidamente y 2025 promete ser un año de lanzamientos innovadores con ingredientes más sostenibles y tecnologías avanzadas”, asegura Catalá, doctor en farmacia y fundador de Twelve Beauty, sobre ingredientes fermentados, células madre vegetales, activos etnobotánicos y hierbas adaptogénicas, que liderarán las tendencias.

“El futuro de la cosmética natural se basará en aprovechar el poder de las plantas, la biotecnología y los recursos marinos, siempre bajo un enfoque ético y sostenible. Los consumidores valorarán cada vez más el origen de los ingredientes y el impacto ambiental de los productos que eligen”, señala el experto sobre 2025.

Con ingredientes hiperlocales, fórmulas innovadoras y un firme compromiso con la sostenibilidad, la cosmética natural está preparada para marcar un antes y un después en el cuidado personal.

Células madre vegetales: un clásico que regresa con fuerza

Aunque las células madre vegetales llevan más de una década en la cosmética, 2025 verá su resurgir con métodos de extracción más sostenibles. Estas células, provenientes de plantas como la manzana, la uva o el argán, son reconocidas por su capacidad para estimular la producción de colágeno y regenerar células dañadas.

“El uso de células madre vegetales refuerza el compromiso de la industria con la innovación responsable, además de ofrecer resultados visibles en la piel”, señala Catalá, para quien, gracias a su versatilidad, serán clave en productos regeneradores y antiedad.

Biotecnología y fermentación: la ciencia al servicio de la naturaleza

La biotecnología está ganando protagonismo en la cosmética natural gracias a técnicas como la fermentación, que potencian la eficacia de los ingredientes. Este proceso, que transforma elementos naturales en activos más potentes y sostenibles, mejora la capacidad de hidratación, regeneración y protección de la piel.

“Ingredientes como probióticos, enzimas y extractos vegetales fermentados están revolucionando la función de la barrera cutánea y fortaleciendo el microbioma de la piel”, explica Catalá sobre ingredientes estrella para el 2025: hialurónico biofermentado, lbiocelulosa y activos botánicos cultivados en laboratorio.

Hierbas adaptogénicas: la respuesta al estrés moderno

El bienestar y la cosmética se fusionan con el auge de las hierbas adaptogénicas, capaces de ayudar a la piel a enfrentar los efectos del estrés ambiental y emocional. Ingredientes como la ashwagandha, el ginseng y la rhodiola se incorporarán en fórmulas que contrarrestan la inflamación y protegen de la contaminación.

“Ingredientes con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes no solo combaten el envejecimiento prematuro, sino que también aportan luminosidad y fortalecen la piel frente a los factores externos”, detalla Catalá.

Ingredientes silvestres y etnobotánicos: la riqueza de lo autóctono

Los ingredientes silvestres recolectados directamente de su entorno natural serán tendencia por su alta concentración de compuestos activos. Estas plantas, al crecer en condiciones extremas, desarrollan propiedades únicas que las convierten en potentes aliados para el cuidado de la piel.

Los activos etnobotánicos, utilizados durante siglos por culturas indígenas, seguirán ganando popularidad. Ingredientes como la bidens pilosa (un sustituto natural del retinol), la moringa y la manteca de cupuaçú destacan no solo por su eficacia, sino también por su significado cultural.

El movimiento por una belleza circular será una prioridad en 2025. Ingredientes reciclados, como extractos de semillas de frutas, residuos de café y subproductos agrícolas, encontrarán su lugar en formulaciones de alta eficacia en una tendencia que reduce el desperdicio y maximiza los nutrientes disponibles en la naturaleza.

Innovación marina: las algas como protagonistas

Con su alto contenido en aminoácidos, vitaminas y minerales, serán un ingrediente clave en el cuidado de la piel en los próximos años, y en 2025, las marcas apostarán por fórmulas que aprovechen los beneficios antioxidantes e hidratantes de estos recursos marinos desde métodos de obtención responsables para proteger los ecosistemas.

Péptidos vegetales y alternativas al colágeno.

La búsqueda de alternativas sostenibles al colágeno de origen animal impulsará el uso de péptidos derivados de plantas como la soja, el arroz y el guisante. Estos ingredientes no solo promueven la elasticidad de la piel, sino que también estimulan su capacidad natural para producir colágeno.