Cada nuevo año escolar, además de los retos académicos, trae consigo otros desafíos para los menores, así como para sus padres y madres.

Una situación que se da comúnmente entre la comunidad estudiantil es el cambio de colegio o escuela, sea por motivos económicos, búsqueda de una mejor educación o como ocurre con frecuencia en estos tiempos de crisis fiscal en el país, por  mudanza a otro país.

El cambio es físico, pero también es muy emocional. Pues ya los amigos dejarán de verse con la misma frecuencia o quizás la distancia y el tiempo hagan perder  el contacto y eso puede tener un efecto de sentimientos de tristeza o melancolía que pudieran reflejarse en el comportamiento, ánimo, patrones de sueño o de apetito, y hasta en el desempeño académico de quienes atraviesan por esa experiencia.

Desde el plano psicológico, las separaciones entre pares, entre personas amigas, son reconocidas como un duelo o una pérdida.

“Cuando hay una pérdida o un duelo, nuestros hijos se van a estar adaptando a ese cambio, y en el proceso es que a lo mejor los podemos ver un tanto más aislados o con cambio de humor (mood swing), es la respuesta a un cambio no aceptado o, a no estar preparado”, expuso la psicóloga y coach Samari Román Gandulla, de Growing Mind Center (787-647-7212).

Es común que estos síntomas afloren durante el primer mes de la separación y se pudieran extender hasta el tercero, sin estar necesariamente asociados a una depresión.

La madre, el padre, el tutor o el custodio deben preocuparse cuando el cambio en el comportamiento de los menores sea significativo. Es decir, cuando cambien las motivaciones, los patrones de sueño (sea insomnio o largas horas de sueño), el apetito (come mucho o poco), o si surgen pensamientos o expresiones negativas, sean verbales, escritas, o por medio de dibujos distorsionados. Otras señales que pueden dar luz a los adultos sobre el estado de ánimo de los menores  pueden ser los colores que llevan en la ropa o la moda que utilizan. 

“Lo que también nos determina ese cambio de ambiente, ya sea por cambio de escuela o por mudanza de país, es una baja en calificaciones y eso es algo que debemos atender porque quiere decir que el nivel emocional está muy alto”, advirtió la especialista en conducta humana. 

Ese nivel emocional puede también tener un efecto a nivel neurológico y afectar de alguna manera la memoria.

“Eso nos está dejando ver, porque hay un proceso químico, que sus hormonas de cortisol están en aumento y esas hormonas son las que se producen en estrés crónico, que tiene unos efectos perjudiciales en la salud”, detalló Román Gandulla.

¿Cómo manejarlo?

La psicóloga recomienda que si su hijo o hija está próximo a separarse de un amigo o amiga muy cercano, se hable sobre ello porque “ellos tienen que entender que en la vida hay momentos de alegría, de tristeza y de pérdida”.

Cuando se trata de adolescentes, una buena manera de establecer la comunicación es que los padres les compartan a los hijos alguna vivencia propia  similar a lo que están viviendo. De esa manera, provocarán una mayor conexión.

“Los jóvenes aprecian mucho cuando los padres se ponen en su lugar. Al tener empatía ellos lo aprecian más”. indicó Román Gandulla.

La tecnología puede ser otro aliado positivo en este tipo de situaciones, pues las videollamadas o hasta los videojuegos pueden ser herramientas que -con supervisión- les pueden servir a los padres para mantener a los hijos conectados con ese mejor amigo o amiga.

“Que se conecten online con un videojuego puede hacer que no se experimente tanto la ausencia, así el proceso de adaptación se va dando de una forma más saludable”.

 Por otro lado, los padres también deben generar un ambiente para que los hijos creen amistades dentro del nuevo entorno escolar.

 Como alternativa, el portal Salud 180, sugiere que los niños o niñas se integren a dinámicas de integración como son los equipos deportivos, artísticos, y que participen de los cumpleaños.

APOYO

Ojo a las señales

Cambios significativos en el comportamiento pueden ser indicativos de que algo no está bien

•Cambio en las cosas que los motivan

•Cambios en los patrones de sueño (sea insomnio o largas horas de sueño)

•Cambios en la alimentación (come mucho o poco)

•Cambios a pensamientos o expresiones negativas (ya sean verbales, escritas o por medio de dibujos distorsionados)

•Cambios en los patrones de color al vestir